Definir cuáles son los postres más ricos del mundo es una tarea muy difícil, ya que esto es subjetivo y depende del gusto personal. Sin embargo, hay algunas recetas que son conocidas por su sabor exquisito y su renombre a nivel mundial, entre los cuales se destacan:
1. Tiramisú: originario de Italia, el tiramisú es un postre hecho con capas de vainillas empapadas en café, queso mascarpone y cacao en polvo. Su preparación fácil y económica, sumado a la exquisita combinación de los sabores, lo convierte en uno de las recetas más elaboradas.
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2. Macarons: Populares en Francia, los macarons son pequeños y coloridos merengues que vienen en muchos sabores. Pueden ser de almendras, chocolate, frutas, vainilla, entre otros. Son famosos por su delicadeza y textura suave.
3. Cheesecake: El queso suave y cremoso combinado con una base crocante, convierten a este postre en una tarta inolvidable, en la que muchos incorporan frutas, mermeladas o caramelo dándole así un toque especial a esta receta clásica.
4. Pastel de tres leches: este postre es un clásico latinoamericano, en el que se logra una textura húmeda, dulce y esponjosa, con la perfecta combinación de las distintas presentaciones de leche, con las cuales se remoja el bizcochuelo.
5. Fondue de chocolate: un postre perfecto para compartir y servir en una cena especial. Esta receta incluye: chocolate, trozos de frutas frescas, bizcochos, galletas y todo tipo de dulces para sumergir en chocolate derretido, creando una experiencia inolvidable.
Paso a paso
Para llevar a cabo la preparación clásica del postre tiramisú, debes contar con los siguientes ingredientes: 24 vainillas, 250 gramos de queso mascarpone, 6 yemas, 200 gramos de azúcar, café, coñac y cacao en polvo. Dentro de las recetas clásicas del tiramisú, se indica que lo primero que se debe realizar es la preparación del café, el cual servirá para humedecer las vainillas, se sugiere tenerlo listo antes de comenzar con los pasos, para que esté frío.
Batir las claras a punto nieve. En otro recipiente, mezclar las yemas con el azúcar a baño maría, hasta que no se perciba ningún grumo. Luego incorporar el queso mascarpone a las yemas, realizando movimientos envolventes, lo siguiente es añadir las claras y seguir revolviendo, sin batir. Colocar las vainillas (previamente humedecidas en la mezcla de café y coñac) en una fuente, generando una capa que tape el fondo de la misma y sobre ella agregar la mezcla del mascarpone. Repetir los pasos, hasta lograr unos 2 o 3 pisos. Antes de llevar a la heladera, espolvorear con cacao amargo.