Cuando llega la hora de la merienda, muchas veces acudimos a alimentos que, si bien aplacan nuestra hambre en el momento, no logran satisfacer nuestras ganas de comer algo realmente delicioso. Por eso es que, el día de hoy, les traemos una receta que no pueden perderse.
Muchas veces, nos detiene la imperiosa necesidad de seguir múltiples pasos para lograr preparar un buen postre o la falta de los ingredientes a los que no podemos acceder con tanta facilidad. Pero, en esta ocasión, llegamos hasta ustedes con una receta sin complicaciones y con muy pocos requisitos.
Al seguir esta receta al pie de la letra, podrás preparar un bizcochuelo extremadamente esponjoso, además de saludable, que podrás degustar a cualquier hora del día. Primero, resulta necesario conocer los ingredientes, que son solo tres: 120 gramos de harina 0000, 4 huevos y 120 g de azúcar.
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Para empezar, debemos separar las yemas de las claras, pues las usaremos en distintas partes de la preparación. Por un lado, las yemas serán batidas con solo la mitad de la cantidad de azúcar indicada, hasta que el resultado sea espumoso. En cuanto a las claras, trataremos de llegar al punto nieve.
Después de alcanzar dicha textura con las claras, se procederá a incorporar el resto del azúcar, regándola cual lluvia mientras se sigue mezclando para así llegar a obtener un merengue que se vea firme. Siguiendo con la receta, una vez tamizada la harina, tendremos que agregarle las yemas y el mencionado merengue.
Ya acercándonos al final de esta receta, y después de amalgamar bien las distintas partes, volcaremos la mezcla obtenida en un molde previamente enmantecado y enharinado, para luego colocar este último en un horno precalentado a 160 grados por no mucho más de 35 minutos.
El toque final
Pasado este tiempo y si hemos seguido todos los pasos de esta receta, tendremos como resultado un esponjoso bizcochuelo que retiraremos del horno para su posterior enfriamiento al aire libre. Una vez del todo listo, podremos degustarlo solo o con algún agregado.
Al respecto, cabe adicionar a los anteriores ingredientes de la receta uno infaltable en cualquier cocina argentina, especialmente si se trata de un hogar donde las preparaciones dulces abunden: el azúcar impalpable. Así como hicimos con la harina, podemos tamizarla, aunque en este caso será sobre el bizcochuelo ya terminado.