La búsqueda de un mejor estado, tanto físico como mental, ha creado un sinfín de rutinas alimentarias alrededor del mundo que prometen, muchas veces sin cumplir. Sin embargo, una práctica que ha dado sobradas evidencias de proveer mayores beneficios para la salud es la del ayuno intermitente.
El ayuno intermitente es una práctica que consiste, básicamente, en alternar períodos de ingesta alimentaria con otros de ayuno. Esto posibilita al organismo de deshacerse de todas aquellas sustancias que no necesita, lo que resulta en una mejor salud general.
Muchas personas que aún están reacias a este tipo de rutinas alimentarias desconocen cuáles son los beneficios de la aplicación continua de este régimen porque creen que el ayuno como tal consiste en extensos períodos de hambruna y falta de comida.
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Primero, hay que entender que el trasfondo de esta dieta tiene que ver con el estrecho vínculo de las células nerviosas que habitan en el intestino y que se comunican con el cerebro. De esta manera, si el lazo entre ellos está correcto, todo marchará bien. Por el contrario, si uno de ellos está desbalanceado, todo el sistema se desestabiliza.
Esto explica por qué en condiciones de estrés se experimentan gastritis nerviosas, diarreas o dolores estomacales. En este sentido, la dieta intermitente puede ayudar a contrarrestar los malestares proveyendo tiempo al organismo para limpiar el sistema.
Esta rutina consiste en acelerar las horas de la cena (cerca de las 7 u 8 de la noche) para que el organismo comience el proceso de limpieza. Inclusive, se puede llegar a perder peso, pues lo primero que se quema cuando no se come es la grasa acumulada, generalmente en el vientre.
Los beneficios
Se sabe que el ayuno intermitente mejora la salud, pues mejora la digestión al brindar mayor tiempo a los intestinos para trabajar. Esto reduce drásticamente los movimientos en el estómago, lo que ayuda a mejorar las horas de sueño reparador que se traduce en una mejor calidad de vida.
También ayuda a reducir la ansiedad a la vez que incrementa los periodos de resistencia a la no ingestión de alimentos. Se debe tener en cuenta que esta dieta debe realizarse con hasta 12 horas entre comida, generalmente durante las horas de la noche y la mañana.