Como bien sabemos, una gran parte de nuestro día a día se lo debemos a que nos hallamos en condiciones óptimas para llevar a cabo nuestras tareas cotidianas de la mejor manera posible. Esto, sin duda, está directamente vinculado al cuidado de nuestra salud, en todas sus formas.
Cuando hablamos de salud, usualmente también hablamos de higiene, un asunto que se vuelve más que importante a la hora de proteger nuestro organismo de virus y bacterias que lo pudieran afectar. Por ello, en este Día Mundial del Lavado de Manos, queremos hablar al respecto.
Sin embargo, en esta ocasión, no nos referiremos a las personas que ya han atravesado su vida sabiendo cómo lavar sus manos, sino a quienes tienen la ardua tarea de comenzar a aprenderla: los niños. Y es que, en cuestiones de salud, así como en muchas otras, los más pequeños están primero.
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Tal como lo mencionábamos, nos centraremos en lo que respecta a la salud de los niños, donde el lavado de manos tiene un rol más que relevante. En principio y como consejo principal, recomendamos la utilización del jabón como primera herramienta para lograr este objetivo de higiene. Sin duda, aportará a eliminar los residuos de la piel que el agua, en solitario, no puede.
Por otra parte, resulta más que necesario, si queremos que los pequeños incorporen esta práctica de salud a las que habitualmente realizan, hacer lo posible por que se ajusten a una rutina de lavado de manos. Nos referimos a que puedan asociarlo con otros momentos del día, tales como el de llegar al hogar o el de las comidas diarias.
Pero todo este esfuerzo no podría ser suficiente si no se le agregara otro importante aspecto a esta rutina de cuidado de la salud: reglas. Dicho de otra manera, estamos hablando de la apropiada indicación para asearse cuando aquello con lo que el niño o la niña entre en contacto, en cada circunstancia, sean cosas tales como objetos del exterior y superficies no muy pulcras.
Consejos extra
Para terminar, podemos agregar un curioso consejo más a la lista de higiene para la salud: el de lavarse las manos cantando el “Feliz cumpleaños”. Nos referimos al famoso tema que no se ausenta de nuestras celebraciones, pero no solo una vez, sino que debemos inculcarles a los niños que la canten dos veces seguidas. Esto les permitirá un aseo profundo, debido al tiempo que durará.
Finalmente, cabe recordar que los niños siempre siguen a los más grandes en sus comportamientos, por lo que resultaría de gran ayuda permitirles observar cómo nosotros mismos lavamos nuestras manos. Para cuidar la salud de los más pequeños, debemos dar el ejemplo.