Flor Vigna es una de las damas del momento, y es que, tras su separación de Luciano Castro y los recientes datos que salieron a la luz, muchos buscan su palabra. Fueron más de dos años y medio el romance que la artista vivió con el actor, el cual terminó a comienzo de año.
Flor Vigna anunció con mucho dolor, en sus redes sociales, que su vínculo amoroso había llegado a su fin, pero nunca nadie jamás pensó que Luciano habría hecho de las suyas nuevamente. Lo que parecía un final feliz y de mutuo acuerdo, ocultaba algo más.
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Como es de público conocimiento, Castro comenzó un nuevo romance con Griselda Siciliani, pero lo que pocos conocían, es que este empezó cuando él aún estaba en pareja con la bailarina. Sin embargo, se supo que Flor podría haber hallado un nuevo amor en este tiempo.
En varios medios se hizo evidente la gran química que la actriz y el cantante de “18 Kilates” dejaron ver en la reciente canción que grabaron. A raíz de esto, los rumores de un nuevo romance comenzaron a circular y desde “Socios del Espectáculo” buscaron la verdad.
“Ya me estuvieron vinculando con Maxi. Les juro que nunca pasó algo. Estamos los dos solteros, pero no. Hay intención de amistad, solo eso”, expresaba la cantante, quien también aseguró que no tiene ganas de volver a enamorarse, por lo menos por el momento.
"Les juro que nunca pasó algo".
“En este momento, está cerrado el corazón. Está bueno estar sola. Ahora, me tomo las noches para producir, para editar, para armar toda la agenda del equipo, así que me viene bien estar sola”, concluía Vigna, decidida a enfocar su tiempo en su incipiente carrera en el mundo de la música.
El perdón
El escándalo que generó el saber que Luciano Castro habría engañado a Flor Vigna con Griselda Siciliani, fue confirmado y superado por las palabras que brindó la artista en una reciente entrevista en “Caras”, donde aseguró que Griselda le habría pedido perdón.
Ya en otras ocasiones, la bailarina comentó que Castro le pidió perdón por lo sucedido y que ella prefería quedarse con esa parte buena de él, pero lo que realmente terminó por descolocar a todos, fue el hecho de que Siciliani también aceptara su parte de la culpa.