Las mascotas y las carnes crudas no son compatibles. La carne cruda es un alimento que puede parecer natural y adecuado para las mascotas, especialmente para los perros y los gatos, que son carnívoros por naturaleza. Sin embargo, esta práctica tiene muchos riesgos y desventajas, tanto para la salud de los animales como para la de sus dueños.
Las mascotas no deben comer carne cruda y a continuación te contamos algunos de los motivos. La carne cruda puede contener bacterias, parásitos y virus que pueden causar enfermedades graves e incluso fatales en las mascotas, como la salmonela, la listeria, la E, coli, la toxoplasmosis, el anisakis o la rabia.
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Estos microorganismos pueden generar síntomas como diarrea, vómitos, fiebre, deshidratación, anemia, pérdida de peso, convulsiones, problemas neurológicos o abortos. La carne cruda también puede transmitir estas enfermedades a los humanos que conviven con las mascotas.
Ya sea por contacto directo con el alimento, las heces del animal, o por contaminación cruzada de utensilios, superficies o alimentos, se puede llegar a contagiar. Esto puede suponer un riesgo especialmente alto para las personas con el sistema inmunitario debilitado, como los niños, los ancianos, las embarazadas o los enfermos crónicos.
La carne cruda puede generar desequilibrios nutricionales en las mascotas, ya que puede no aportar suficiente calcio, fósforo, vitaminas y otros nutrientes esenciales para su correcto desarrollo y funcionamiento. Esto puede causar problemas dentales, óseos, musculares, nerviosos o cardíacos en los animales.
También puede causar problemas digestivos en las mascotas, como obstrucciones, perforaciones o hemorragias, debido a la presencia de huesos, espinas, cartílagos y tendones. Estos elementos pueden dañar el esófago, el estómago, el intestino de los animales, y requerir cirugía de urgencia.
Comportamiento
La carne cruda puede alterar el comportamiento de las mascotas, haciéndolas más agresivas, territoriales o posesivas con su alimento. Esto puede generar conflictos con otros animales o con los humanos, y dificultar la convivencia y la educación de las mascotas.
Por todas estas razones, se aconseja no alimentar a las mascotas con carne cruda, sino optar por alimentos cocidos, secos o semi húmedos, que están formulados específicamente para cada especie, raza, edad y condición física, y que cumplan con los estándares de calidad y seguridad alimentaria.