Las almendras son unos frutos secos muy nutritivos y saludables que se pueden ingerir de diversas formas: al natural, tostadas, en leche, en crema, en harina o en recetas dulces y saladas. Las almendras tienen muchas propiedades que las hacen beneficiosas para la salud, tanto física como mental.
Las almendras son una excelente fuente de calcio, fósforo y magnesio, minerales esenciales para la formación y el mantenimiento de los huesos. Una ración de 30 gramos de almendras completa el 9% de las necesidades diarias de calcio, el 15% de las de magnesio y el 17% de las de fósforo. Estos minerales ayudan a prevenir la pérdida de masa ósea, las fracturas y las enfermedades como la osteopenia y la osteoporosis.
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También son ricas en grasas insaturadas, sobre todo monoinsaturadas, que son beneficiosas para el corazón y las arterias. El 65% de las grasas de las almendras son monoinsaturadas, como las del aceite de oliva, que ayudan a reducir el colesterol “malo” LDL y a aumentar el colesterol “bueno” HDL. Además, las almendras también contienen antioxidantes, como la vitamina E y los flavonoides, que evitan la oxidación de las grasas y previenen la formación de placas de ateroma.
Así, las almendras contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares como las crisis al corazón, la angina o el derrame cerebral. A su vez, son una buena fuente de proteínas de origen vegetal, que aportan aminoácidos esenciales para la síntesis de los tejidos musculares. Cada 100 gramos de almendras contienen casi 20 gramos de proteínas, que se hallan en una proporción adecuada para las necesidades humanas.
Las almendras son especialmente recomendables para las personas que siguen una dieta vegetariana o que quieren aumentar su masa muscular de forma saludable. También son ricas en fibra, que ayuda a ralentizar la absorción de los hidratos de carbono y a mantener estables los niveles de glucosa en plasma.
La mayor parte de los hidratos de carbono de las almendras son de absorción lenta, lo que hace que tengan un índice glucémico mínimo y que sean toleradas por los diabéticos. Además, las almendras también contienen flavonoides, que mejoran la sensibilidad a la insulina y previene la resistencia a esta hormona, que es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
Mejoran la función cerebral
Las almendras son ricas en vitamina E y flavonoides, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que protegen las células del sistema nervioso central contra el daño causado por los radicales libres y la inflamación. La vitamina E también mejora el flujo sanguíneo al cerebro y previene la degeneración de las neuronas.
Así, las almendras ayudan a mejorar la memoria, la concentración, el aprendizaje y la creatividad, y previenen enfermedades neurológicas como el Alzheimer y la demencia. En conclusión, las almendras son unos frutos secos muy completos y beneficiosos para la salud, que se pueden incluir en una dieta equilibrada y variada. Se recomienda ingerir unas 20 o 30 almendras al día, preferiblemente crudas o tostadas, sin sal ni azúcar añadidos.