La reproducción o propagación de suculentas es un método sencillo de duplicar aquellas plantas que más te gustan o aquellas que quieras obsequiar a otras personas. Sin embargo, muchas veces se ha creído que esto podría ser muy difícil o trabajo, aunque en realidad es todo lo contrario.
Si eres principiante en el mundo de la jardinería y de las suculentas, no te preocupes, ya que el método que enseñaremos el día de hoy para la propagación de estas plantas es tan sencillo, que no hace falta tener muchos conocimientos al respecto, solamente los básicos que todos conocen.
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Una vez que se ha identificado la suculenta que se quiere reproducir, es necesario elegir las hojas que estén más sanas y firmes, sin ningún daño visible. Un consejo extra es que puedes tomar las hojas que estén en el inferior de tu planta y de esta manera no afectarás su apariencia.
Las hojas que han sido seleccionadas es necesario dejarlas secar durante unos 4 días al sol, para evitar su pudrición y que se propague en las nuevas plantas. Luego, buscar el sustrato más acorde para la suculenta que hemos elegido, tales como arena, piedras, tierra, entre otros.
Ahora, una vez que las hojas se han secado, colocarlas en el sustrato y enterrar solamente la base de las hojas. Es necesario recordar que el riego debe ser ligero, y no exceso, ya que no queremos que se pudran, además de que debe hacerse alrededor de las hojas para asentar el sustrato.
Durante las próximas semanas, colocar las hojas con luz solar directa y verán cómo, poco a poco, las raíces comienzan a salir, al igual que pequeños brotes. Cuando hayan alcanzado un tamaño considerable, es momento de trasplantarlas a sus propias macetas individuales.
El riego
El riego en las suculentas es fundamental para salud de estas, así como lo es la luz del sol. Si bien estas plantas están diseñadas para aguantar muchos días si agua, lo cierto es que hay que tener en cuenta ciertas particularidades a la hora de regarlas.
Primeramente, la época del año incide mucho en la humedad de las suculentas, siendo que en verano el riego debe ser más constante, mientras que en invierno debe ser esporádico. Por otro lado, el sustrato y drenaje de las macetas, también ayudarán a evitar pudrición y posibles enfermedades.