La lumbalgia es el dolor que se percibe en la parte baja de la espalda, entre las últimas costillas y el hueso sacro. Se trata de una dolencia muy frecuente, que afecta a hasta 9 de cada 10 personas en algún momento de su vida. La mayoría de las veces, según Alberto Cormillot, la lumbalgia es de origen mecánico, es decir, que se debe a una alteración de la estructura o la función de la columna vertebral, los músculos, los ligamentos o los discos intervertebrales. Otras causas menos habituales son las infecciones, los tumores, las fracturas o las enfermedades inflamatorias.
La lumbalgia puede ser aguda, si perdura menos de 6 semanas; subaguda, si dura entre 6 y 12 semanas; o crónica, si perdura más de 12 semanas. El médico especialista en obesidad, Alberto Cormillot, asegura que el dolor puede ser leve o intenso, constante o intermitente, localizado o irradiado a las piernas. La lumbalgia puede limitar la movilidad, la capacidad de trabajo y la calidad de vida de las personas que la sufren.
Te podría interesar
El tratamiento de la lumbalgia depende de la causa, la intensidad y la duración del dolor, así como de las características y preferencias de cada paciente. En general, se recomiendan las siguientes medidas: Mantener una actividad física moderada, evitando el reposo prolongado en la cama y el sedentarismo. Algunos ejercicios beneficiosos son la natación, el yoga, el pilates o los estiramientos.
Aplicar calor local en la zona afectada, con una manta eléctrica, una bolsa de agua caliente o un parche térmico, para aliviar el dolor y relajar los músculos. Tomar medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, ante prescripción médica, para reducir el dolor y la inflamación. Algunos ejemplos son el paracetamol, el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco.
Fuente: Infobae
Acudir a un fisioterapeuta, que puede aplicar técnicas como el masaje, la electroterapia, la terapia manual, la acupuntura o la manipulación vertebral, para mejorar la función y la movilidad de la espalda. Adoptar una postura correcta al sentarse, al caminar, al dormir y al realizar las actividades cotidianas, evitando los movimientos bruscos, las torsiones y las flexiones excesivas de la columna.
Utilizar un colchón firme y una almohada adecuada, que permitan mantener la alineación natural de la columna durante el sueño. Evitar el sobrepeso y el tabaquismo, que pueden aumentar el riesgo y la severidad de la lumbalgia, así como empeorar el pronóstico y la recuperación. Consultar con un médico si el dolor es muy intenso, persistente, no mejora con el tratamiento, se acompaña de otros síntomas como fiebre, pérdida de peso, debilidad o adormecimiento de las extremidades inferiores, o se sospecha de una causa grave o específica.
Fuente: Infobae
Conclusión
La lumbalgia es un problema común que tiene solución, siempre que se sigan las recomendaciones médicas y se adopten hábitos de vida saludables. Con un diagnóstico adecuado, un tratamiento personalizado y una prevención eficaz, se puede lograr una mejora significativa del dolor y la función de la espalda, así como una mayor satisfacción y bienestar.
“El asunto no es atiborrarse de medicamentos, no es acostarse y quedarse quieto durante un (prolongado) tiempo. Es ver qué es lo que le puede hacer, que un médico le aconseje, que le haga educación sobre sus posturas, que haga algún tipo de actividad física, y que tome medicamentos antiinflamatorios por poco tiempo. A algunas personas les hace bien el calor, a otras el frío”, aclaró Alberto Cormillot.