Alberto Cormillot sabe que el sueño es una función vital que nos permite recuperar la energía, regular el organismo y mantener el equilibrio físico y mental. Sin embargo, muchas personas sufren de insomnio, un trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad para conciliar o mantener el sueño, o por un sueño de mala calidad que no resulta reparador.
Alberto Cormillot dice que el insomnio puede ser ocasional o crónico, y puede tener diversas causas, como el estrés, los hábitos inadecuados, los problemas de salud o los medicamentos. El insomnio no solo afecta al bienestar de la persona que lo padece, sino que también puede tener consecuencias negativas para su salud física y mental. Algunas de estas consecuencias son las siguientes:
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El insomnio puede provocar irritabilidad, ansiedad, depresión y estrés, lo que a su vez puede empeorar el problema del sueño. Además, el insomnio puede alterar el estado de ánimo, la autoestima y la capacidad de afrontar los problemas cotidianos. También puede afectar al proceso de consolidación de la memoria, que se produce durante el sueño. Esto puede dificultar el aprendizaje, la atención, la concentración y el recuerdo de la información.
El insomnio también puede reducir la creatividad y la resolución de problemas. A su vez, puede causar alucinaciones visuales, auditivas o táctiles, especialmente cuando se prolonga por varios días. Estas alucinaciones pueden ser confundidas con la realidad y generar miedo, confusión o paranoia. Como así también, puede alterar el funcionamiento del sistema digestivo, provocando gastritis, diarrea, estreñimiento, gases o vómitos.
Algunas medidas que pueden ayudar son: Mantener un horario regular de sueño, acostándose y levantándose a la misma hora todos los días. Evitar la ingesta de cafeína, alcohol, tabaco y otras sustancias que puedan alterar el sueño, especialmente por la tarde o por la noche. Evitar las siestas durante el día, o limitarlas a 20 minutos como máximo, y no hacerlas después de las 4 de la tarde. Crear un ambiente propicio para el sueño, que sea oscuro, silencioso, fresco y cómodo.
Evitar el uso de dispositivos electrónicos, como el teléfono, la computadora o la televisión, al menos una hora antes de ir a dormir, ya que pueden emitir luz azul que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Realizar alguna actividad relajante antes de acostarse, como leer, escuchar música, meditar o respirar profundamente. Practicar ejercicio físico de forma regular, pero no justo antes de ir a dormir, ya que puede activar el organismo y dificultar el sueño.
Datos
“Entre estos trastornos, el insomnio es el más común y se caracteriza por tener problemas para conciliar el sueño, quedarse dormido o ambas situaciones. Como resultado, quien transita esta condición duerme poco o tiene un sueño de mínima calidad. Incluso, puede percibirse cansado al levantarse. Según una encuesta realizada por la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, el 53% de la población tuvo problemas para dormir en 2020. En 2021 la cifra aumentó al 59%”, aseguró Alberto Cormillot.
“Lo cierto es que dormir no es una pérdida de tiempo, se trata de un proceso que es necesario para el reseteo cerebral, ya que permite ordenar las ideas, hallar soluciones y desintoxicar el cerebro. Además, mejora la memoria, genera buen humor, colabora en la fijación de aprendizaje, brinda una mejor salud y hasta impacta en el aspecto, mejorando cómo nos vemos”, destacó el especialista en obesidad.