La jardinería ha tomado gran relevancia en los últimos años y cada vez son más las personas que se animan a aprovechar de este hermoso pasatiempo. Para quienes recién está comenzando, las suculentas se han convertido en las favoritas y más elegidas en el principio de este camino.
Las suculentas tienen un atractivo increíble entre la mayoría de las personas, pues existen muchas variedades y colores, además, poseen el tamaño perfecto para quienes no cuentan con mucho lugar en el hogar y solamente necesitan de cuidados básicos.
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A pesar de que no necesitan de mucha atención a comparación con otras plantas, esto no quiere decir que las suculentas sobreviven por sí solas o que no pueden llegar a marchitarse. Esto sucederá si no se le brindan los cuidados, aunque sean básicos, necesarios.
El día de hoy te presentaremos los errores más comunes que se comenten con estas plantas para que, si eres principiante o no sabes mucho al respecto, tengas cautela y evites que se marchiten. Así que, toma nota y no te pierdas ningún detalle que luego puedas lamentar.
El primero error básico que se suele cometer es la ubicación de la suculenta. Esto se debe a que la mayoría de las veces se ignora si la especie adquirida es de interior o exterior, por lo que es muy importante preguntar o averiguar todo lo vinculado a esta.
Si bien estas plantas pueden resistir al sol o vivir sin poco sol, una condición extrema de una u otra situación, hará que la suculenta no perdure muchos días. Lo mejor es saber si tu especie crecerá mejor en el sol o en la sombra, para hallarle la ubicación más adecuada.
El riego
Las suculentas son plantas que no necesitan ser regadas a diario, puesto que dependiendo la época del año, su riego variará entre días y a veces entre semanas. Por ejemplo, si estamos en verano, el riego debería ser entre 4 a 8 días, mientras que en invierno, este puede ser en un intervalo de 20 días.
Demás está decir que un riego en exceso podría traer graves consecuencias a las suculentas, tales como hongos, plagas de insectos, enfermedades, entre otras cosas. Obviamente, la situación contraria, falta de riego, traerá como consecuencia el fin de la planta.