Viernes 26 de Abril 2024
COMIDAS

Cuántas comidas son necesarias hacer por día para adelgazar, según Alberto Cormillot

Todo lo que debes saber de las comidas.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

“En entregas anteriores, y muchas veces, hemos discutido acerca de cuántas comidas son necesarias hacer por día para adelgazar. ¿Tres comidas, cuatro comidas, seis comidas? En realidad, si uno come varias veces por día, está comprobado que a muchas personas les ayuda a adelgazar más, activa el metabolismo, llega con menos hambre a la próxima comida, pero algunas personas no lo pueden hacer”, comenzó diciendo Alberto Cormillot.

Entonces, lo ideal es enemigo de lo bueno. Con dos comidas por día es muy difícil, con tres es más fácil, cuatro comidas sería lo más regular para su aparato digestivo y para su metabolismo, pero el asunto es ir probando porque no todas las épocas de la vida son iguales. Recuerde que si el plan A no funciona, está el plan B y el reto tiene 26 letras más”, completó Alberto Cormillot. Comer es una de las actividades más básicas y necesarias para la vida, pero no solo importa lo que comemos, sino también cuándo lo comemos.

Respetar el horario de las comidas es fundamental para mantener un buen estado de salud, un peso adecuado y un equilibrio metabólico. Sin embargo, muchas veces descuidamos este aspecto por el ritmo acelerado de la vida moderna, el estrés, las obligaciones laborales o personales, o simplemente por falta de hábito o planificación. ¿Qué consecuencias tiene saltarse o retrasar las comidas? Saltarse o retrasar las comidas puede tener efectos negativos tanto a corto como a largo plazo.

 

Respetar el horario de las comidas es una forma de cuidarnos y de mejorar nuestra salud física y mental. No se trata de ser estrictos o inflexibles, sino de crear un hábito que nos beneficie a largo plazo. Si tenemos dificultades para establecer o seguir un horario adecuado para las comidas, podemos consultar con un profesional de la nutrición que nos oriente y nos asesore según nuestras características y objetivos.

 

Algunas de estas consecuencias son: Aumento del hambre y del apetito: cuando pasamos muchas horas sin comer, nuestro cuerpo entra en un estado de alerta y nos envía señales de hambre para que repongamos energía. Esto nos lleva a comer más cantidad y más rápido en la siguiente comida, sin masticar bien ni disfrutar de los alimentos. Además, tendemos a elegir alimentos más calóricos, ricos en grasas y azúcares, que nos dan una sensación de saciedad inmediata pero poco duradera.

Alteración del metabolismo: nuestro organismo tiene un reloj biológico que regula los ritmos circadianos, es decir, los ciclos de sueño vigilia y de alimentación ayuno. Cuando comemos a horas irregulares o nos saltamos las comidas, este reloj se desajusta y afecta al funcionamiento de nuestro metabolismo. Esto puede provocar una menor quema de calorías, una mayor acumulación de grasa, una menor sensibilidad a la insulina y un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardiovasculares o cáncer.

Deterioro del rendimiento físico e intelectual: cuando no comemos a las horas adecuadas, nuestro nivel de glucosa disminuye y con él nuestra capacidad para realizar actividades físicas o mentales. Nos sentimos cansados, débiles, irritables, con dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones. Además, podemos sufrir dolores de cabeza, mareos o náuseas. La alimentación influye en nuestro estado anímico y emocional, ya que los alimentos contienen sustancias que intervienen en la producción de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina o la noradrenalina.

Fuente: Infobae

¿Cómo establecer un horario adecuado para las comidas?

Para establecer un horario adecuado para las comidas debemos tener en cuenta algunos aspectos como: La regularidad: lo ideal es comer cada 3 o 4 horas, sin saltarse ninguna comida ni picar entre horas. Esto nos ayudará a mantener un nivel constante de glucosa y a evitar los atracones o los antojos. También debemos respetar los horarios de sueño y evitar comer justo antes de acostarnos o al levantarnos. La cantidad: debemos ajustar la cantidad de comida a nuestras necesidades energéticas y nutricionales, sin excedernos ni quedarnos cortos.

Una forma sencilla de hacerlo es seguir el método del plato saludable, que consiste en dividir el plato en cuatro partes iguales: una para las proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres), otra para los hidratos de carbono (cereales integrales, tubérculos), otra para las verduras y hortalizas (crudas o cocidas) y otra para la fruta (fresca o seca). También debemos incluir una ración moderada de grasas saludables (aceite de oliva virgen extra, frutos secos, semillas) y beber agua o infusiones sin azúcar. Alberto Cormillot mencionó, en varias oportunidades, que el plato debe estar lo más colorido posible.