El planchado del cabello es una técnica popular para lograr un peinado liso y pulido. Sin embargo, el uso excesivo de las planchas térmicas puede dañar la estructura del pelo y provocar resequedad y debilitamiento. Para evitar estos problemas, es crucial seguir algunos cuidados antes y después de plancharlo.
Antes de planchar el cabello, es fundamental asegurarse de que esté limpio y libre de productos acumulados. Utiliza un champú adecuado para tu tipo y aplícale un acondicionador hidratante para nutrirlo. El pelo hidratado es más resistente y suaviza la superficie para un planchado más efectivo.
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Aplica siempre un protector térmico antes de planchar el cabello. Estos productos ayudan a formar una barrera entre el pelo y la temperatura, minimizando los daños causados por la plancha. Asegúrate de tapar todo el cabello de manera uniforme con el protector térmico antes de iniciar el proceso de planchado.
Ajusta la temperatura de la plancha de acuerdo con la textura y grosor de tu cabello. Si tienes el cabello fino y delicado, utiliza una temperatura media para evitar daños. Para cabello grueso o con rizos rebeldes, puedes optar por temperaturas más altas, pero siempre con precaución y sin excederte.
Durante el planchado, evita pasar la plancha repetidamente sobre la misma sección del cabello, ya que esto puede causar sobrecalentamiento y daño. Realiza pasadas controladas y sin detener la plancha en un solo punto para evitar dañar el pelo.
Una vez que hayas terminado de planchar el cabello, es importante hidratarlo nuevamente para restaurar la humedad perdida debido a la temperatura. Utiliza un sérum o aceite capilar para agregar brillo y suavidad, además de protegerlo de la humedad y el frizz.
Consejos finales
Después de planchar el cabello, evita atarlo con bandas elásticas o peinarlo bruscamente, ya que aún estará sensible a la temperatura. Si es necesario, utiliza pinzas o clips suaves para recogerlo y deja que se enfríe antes de manipularlo demasiado.
Recuerda que el planchado frecuente puede debilitar el cabello con el tiempo, por lo que es recomendable limitar su uso y optar por otros estilos en ocasiones. Además, mantén una rutina de cuidado capilar regular, como recortes periódicos, mascarillas hidratantes y productos diseñados para cabello dañado, para mantenerlo en óptimas condiciones.