Llegó el momento del año en donde las temperaturas son agobiantes y en muchos sectores del país aumentan las precipitaciones, es por ello que, si pretendes mantener tus plantas en buenas condiciones, debes llevar a cabo la realización de algunas tareas.
Las actividades dentro de la jardinería son muy variadas y cada una ellas aportan un beneficio especial a las plantas y demás ejemplares que haya en el espacio verde del hogar, es por esto que es imprescindible que las tengas en cuenta.
Para tener un mayor control sobre las tareas a realizar, es recomendable que te organices para poder cumplir con cada uno de los cuidados que requieren las plantas y para ello, lo principal es que conozcas qué tipo de ejemplares hay en tu hogar, ya que con esta información podrás saber cuánto sol necesitan, la cantidad de agua que hay que suministrarle, el tipo de abono y hasta las macetas ideales para cada especie.
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Hay plantas con flores que no toleran las horas más fuertes del sol y una clave para distinguirlas es ver el tamaño de sus hojas, aquellas en las que el follaje es más grande que la flor, se recomienda mantenerlas a media sombra como, por ejemplo: las gardenias, azaleas, jazmín de cabo, fucsia o peonias.
Otras tareas de cuidados que debes llevar adelante con tus plantas, con el fin de preservarlas de los cambios climáticos son: controlar el riego, elegir las macetas adecuadas, trasladar a lugares de media sombra a los ejemplares que no toleran el sol directo, sobre todo, el del mediodía.
Además, debes tener en cuenta que el abono, el control de plagas y la poda, son tareas que debes implementar durante todo el año, ya que esta es la única manera de mantenerlas con vitalidad durante todas las estaciones.
Consejos para el riego durante el verano
Dentro del cuidado de las plantas, el riego es algo muy importante, ya que la falta o abundancia del mismo, puede ocasionar daños irreversibles en cada uno de los ejemplares que están en los espacios verdes de tu hogar.
Se recomienda que en aquellos de gran amplitud se realice un riego abundante dos o tres veces por semana, permitiendo que el agua llegue a las raíces, en el caso de hacerlo de manera superficial, el agua será absorbida por el suelo y no llegará a hidratar a las plantas.