Javier Milei, durante la primera parte del verano, uno de los temas nacionales que despertó mayor curiosidad fue la tardía mudanza a la Quinta de Olivos. Tras su victoria en el balotaje sobre Sergio Massa y su asunción oficial el 10 de diciembre, el presidente electo optó por permanecer alojado en el Hotel Libertador durante varias semanas, distante del predio residencial de Vicente López.
Javier Milei a punto de cumplir 30 días en su mandato, finalmente decidió hacer las maletas y trasladarse a Olivos. Sin embargo, ¿por qué tardó tanto en hacerlo? La razón fueron sus perros, a quienes considera sus "hijos de cuatro patas".
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En las últimas horas, estos fieles compañeros volvieron a estar en el centro de la atención pública al conocerse que aún no habían llegado a la Residencia Presidencial y se encontraban alojados en un exclusivo spa en la zona norte del conurbano. La intención de Javier Milei era que sus mastines ingleses, Milton, Murray, Robert y Lucas, vivieran con él en la quinta ubicada sobre la avenida Maipú.
Dado que cada uno de estos imponentes canes pesa cerca de 100 kilogramos, resultaba lógico que el lugar se adaptara a sus necesidades. Para ello, el mandatario encargó productos importados con el fin de construir caniles especiales en la residencia, equipados con paredes reforzadas y comodidades adecuadas para los perros.
Aunque la utilización de fondos para esta obra generó la primera polémica, con dudas sobre si provienen de las arcas del Estado. La Oficina de la Presidencia, en un comunicado emitido a principios de enero, afirmó que los gastos relacionados con los cuatro perros "salieron del bolsillo" de Milei.
No obstante, la ejecución de la obra se demoró más de lo esperado, al punto de que aún está en curso, con una inversión actual cercana a los $95 millones. Debido a esta situación, las mascotas fueron trasladadas a un exclusivo espacio ubicado en la Zona Norte del Gran Buenos Aires hasta que la construcción en la Quinta de Olivos esté completa.
Los rumores de fallecimiento de los perros
La incertidumbre y la especulación se apoderaron de las redes sociales ante la prolongada ausencia de publicaciones sobre el estado de los mastines ingleses del presidente. La falta de actualizaciones sobre los perros, combinada con algunos gestos nostálgicos en plataformas como X (ex Twitter), sembraron dudas sobre si los animales seguían con vida en las últimas semanas. Esta incertidumbre se intensificó aún más cuando el reconocido periódico The Wall Street Journal intentó obtener imágenes actuales de las mascotas, solicitándoselas al Jefe de Estado. Sin embargo, Javier Milei se negó a proporcionarlas, argumentando que no comparte fotografías de sus queridos perros con el público.
A pesar de las especulaciones y los rumores sobre un posible fallecimiento de los perros, estos cesaron abruptamente cuando se difundió la noticia de que se encontraban viviendo en un lujoso resort en Pilar, con todas las comodidades que podrían desear. Esta revelación puso fin a las conjeturas y devolvió la tranquilidad sobre el bienestar de las mascotas del presidente.