Gonzalo Valenzuela, un padre entregado y dedicado, se encuentra constantemente preocupado por la salud y el bienestar de su amado hijo, Silvestre. Este joven, fruto del amor entre Gonzalo y Juana Viale, posee una pasión desbordante por el skate, llenando sus días con la emoción y la libertad que este deporte le ofrece.
Gonzalo Valenzuela, hace 4 años, experimentó un giro repentino en su vida como padre. A la temprana edad de 12 años, Silvestre sufrió su primer episodio de epilepsia, una condición crónica que afecta al sistema nervioso.
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Aunque este revés fue devastador, la fortuna estuvo del lado de la familia, ya que hoy en día Silvestre recibe el tratamiento adecuado y está bajo control médico. Entre los vibrantes paisajes de Buenos Aires, donde reside con su madre, y los serenos entornos de Maintecillo, Chile, donde comparte momentos especiales con su padre, Silvestre comparte sus lujos deportivos, llevando consigo su amor por el skate a donde quiera que vaya.
Como un acto de valentía y solidaridad, el actor trasandino decidió compartir su experiencia en un esfuerzo por ofrecer apoyo y orientación a otras familias que enfrentan situaciones similares. Participó en una campaña de concientización organizada en Chile, donde compartió su testimonio con una neuróloga, brindando esperanza y consuelo a aquellos que se encuentran en un camino similar.
Gonzalo, con su fuerza y determinación, se ha convertido en un faro de inspiración para muchos, demostrando que el amor y el apoyo pueden superar incluso los desafíos más difíciles. El actor enfrentó la primera crisis estando solo con su hijo y esto fue un shock impactante.
Gonzalo Valenzuela, conocido afectuosamente como "Manguera", revivió con profunda emotividad una experiencia que marcó un antes y un después en su vida y la de su hijo, Silvestre. Conmovido por el recuerdo de esa noche, describió cómo la tragedia transformó su existencia de manera irreversible.
La terrible experiencia con su hijo
"Fue una experiencia traumática, yo no sabía nada. Estaba solo con él y cambió nuestras vidas para siempre", compartió Gonzalo, sumergiéndose en la memoria de aquella escena que calificó como "súper fuerte". Rememorando los detalles de esa fatídica noche, el actor relató: "Yo estaba aquí, en mi casa, y mis hijos me pidieron dormir en mi cama".
La narrativa de Gonzalo Valenzuela continúa describiendo el momento en que se enfrentó al desconcierto y al terror. "Cuando me fui a acostar, desperté con unos golpes y no entendía qué estaba pasando. Silvestre estaba en un estado irreconocible. Se me paralizó el cuerpo, lo agarré en brazos para que su hermano no despertara. Salí corriendo con él", recordó con vívida intensidad, evocando la angustia y el caos de aquel instante crucial.