En una reciente entrevista, Mariano Martínez recordó los días en que comenzó a compartir contenidos en sus redes sociales, en muchas de ellas se deja ver bailando y cantando. Lamentablemente, el actor reconoció que esa no fue una buena experiencia.
Mariano Martínez contó en detalles cómo fueron aquellos meses cuando el COVID ganó terreno a nivel mundial y todo se frenó por seguridad. Una de las maneras que halló el artista para distraerse fue cargar constantemente contenidos en sus redes, lo que trajo consecuencias.
Te podría interesar
A pocos días de haber enseñado su faceta como cantante, el actor recibió más críticas que elogios y sobre eso mencionó: “Sinceramente es una distracción, un divertimento, después el ojo ajeno la verdad es que no me modifica, que sé yo, que digan lo que quieran”.
“Genuinamente no me caliento, pero a veces siento que hay que tener un poco más de cuidado. ¿Cuál es el límite, cuál con respecto a ser maleducado, agresivo, a criticar a alguien por lo que hace o por cómo se viste o cómo es?”, asumió en una nota con “Intrusos”.
A su vez, Mariano destacó que muchos lo consideraron un loco. Por fuera del “chiste”, consideró que las palabras utilizadas fueron fuertes. “Por eso me parece grave el tema: ¿cuál es el límite y el parámetro para que a alguien lo traten de esa manera o lo defiendan por la misma razón?”, destacó.
“Si te guías solamente por los halagos, con el exitismo que hay, te deprimís, porque en un momento sos un ídolo y en el otro sos un fracasado para el ojo ajeno. Entonces, uno tiene que estar seguro de lo que hace, por qué lo hace sin molestar a nadie y con eso avanzar”, enfatizó.
Tocar fondo
“Realmente me (percibí) vapuleado, humillado. (Percibí) que me veían en el piso y me (daban) en la cabeza. La verdad es que no veía razones para que eso sucediera. Y entiendo que tengo un cierto hate potente hace un tiempo y uno aprende a convivir con eso”, consideró Mariano Martínez.
“Lo que no entendía bien era la doble moral de algunos medios, de algunos comunicadores. Esa doble moral de disfrazar de humor ciertas cosas depende de quién sea la persona. En mi caso nunca (percibí) que se me tratara como una persona. (Percibí) que estaba justificado porque supuestamente tenía 40 años y me estaba volviendo loco”, agregó.