“El TDAH afecta del 3 al 5% de la población infantil en edad escolar. Entérate cuáles son sus señales y cómo se mejora la calidad de vida de los niños que presentan este desorden que no tiene cura”, comenzó diciendo Alberto Cormillot en una reciente publicación.
“El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) inicia en niños en edad escolar y los acompaña en su crecimiento y desarrollo durante toda la vida”, aclara Alberto Cormillot sobre la franja etaria en la que el TDAH comienza a aparecer en un niño.
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“Tanto es así, que, aunque el nombre lo clasifica como “trastorno”, la investigación reciente (comprueba) que es una condición de carácter permanente que evoluciona con el paso del tiempo por lo que puede describirse un síndrome TDAH para cada período evolutivo: infancia, juventud y adultez”, destaca el especialista.
El déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos mentales más comunes que afectan a los niños. Los síntomas incluyen falta de atención (no poder mantener la concentración), hiperactividad (movimiento excesivo que no se adapta al entorno) e impulsividad (actos apresurados que ocurren en el momento sin pensar).
El TDAH se considera un trastorno crónico y debilitante y se sabe que afecta al individuo en muchos aspectos de su vida, incluidos los logros académicos y profesionales, en vínculos interpersonales y el funcionamiento diario.
El trastorno puede conducir a una baja autoestima y función social en los niños cuando no se trata adecuadamente. Los adultos pueden experimentar (poca) autoestima, sensibilidad hacia la crítica, y una mayor autocrítica posiblemente derivada de mayores niveles de crítica a lo (prolongado) de la vida.
Tratamiento
El tratamiento del TDAH generalmente abarca una combinación de terapia e intervención con medicamentos. En niños en edad preescolar y más pequeños, el enfoque de primera línea recomendado incluye estrategias conductuales en forma de capacitación en el manejo de los padres e intervención escolar.
La terapia de interacción entre padres e hijos, tal como lo comenta Alberto Cormillot en una de sus publicaciones, es una modalidad de terapia basada en la evidencia para ayudar a los niños pequeños con TDAH y trastorno negativista desafiante.