La pizza napolitana es una de las variantes más famosas de la clásica preparación, no solo por los ingredientes, sino porque la mezcla de estos genera una sensación agradable en el paladar de los comensales. Aunque su elaboración no es complicada, es preciso tener algunos recaudos con esta receta.
La pizza napolitana requiere de cierto grado de atención y cuidado de los detalles para lograr un resultado que enamore a los comensales. Para esta receta se requiere de ingredientes de calidad: 500 gr de harina, 1 vaso de agua, sal, 5 gr de levadura. Para la salsa: 1 kilo de tomates, sal, aceite de oliva y algunas hojas de albahaca.
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Se comienza mezclando los ingredientes secos en un recipiente y luego se vierte el agua. Se amasa con fuerza hasta obtener una masa suave y elástica. Se coloca un film plástico sobre el recipiente que contiene la masa y se deja reposar entre 30 y 45 minutos hasta que hinche.
Mientras se espera que la masa adquiera volumen, se prepara la salsa que consiste en colocar una sartén a temperatura media y se colocan los tomates, una pizca de sal, y el aceite de oliva. Una vez que los tomates adquieran suavidad y hayan perdido agua, se colocan las hojas de albahaca.
Se toma la masa y se la divide en bollos para la cantidad de pizzas que se quieran y se estiran en una fuente circular. Se coloca la salsa y se tapa con una cantidad generosa de queso muzzarella. También se puede colocar algunas hojas extra de albahaca para completar la visual.
Se precalienta el horno a 180°C y se cocina hasta que el queso esté derretido y burbujeante o los bordes estén completamente dorados. Se retira del horno y se deja reposar unos momentos, pues cortarla en este preciso momento hará que el queso caiga por el costado de cada rebanada.
Consideraciones clave
La pizza napolitana tiene detalles que vale la pena conocer, como que la base de su masa es realmente fina, lo que limitará que tenga mucha salsa sobre la superficie, pues esta puede humedecer de más la base. Otra cosa que hay que considerar es que debe cocinarse a temperatura alta por unos minutos, pero no demasiado.
El acompañamiento dependerá de los comensales que pueden surtirse con cantidades generosas de cerveza, cualquier vermut o aperitivos. Las copas de vino no desentonan, pero no son comunes con este tipo de preparaciones. Es posible, también, agregar otros quesos a la superficie, pero esto es menos recomendable.