Alimentos que no deben estar si o si en tu desayuno. El desayuno es una comida clave para empezar el día con salud y energía. Por eso, es importante elegir alimentos que aporten nutrientes esenciales, como proteínas, fibra, vitaminas y minerales, y evitar aquellos que contienen azúcares simples, grasas saturadas, sal y aditivos químicos, que pueden perjudicar el organismo.
Los alimentos saludables para el desayuno son los huevos, los lácteos descremados, las frutas frescas, los cereales integrales, los frutos secos y las semillas, que se pueden combinar de diferentes formas para crear desayunos variados, sabrosos y nutritivos.
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Sí, los alimentos que se recomiendan para el desayuno son aquellos que aportan proteínas, fibra, vitaminas y minerales, que ayudan a mantener la salud, el peso y la energía. Huevos: son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, que ayudan a construir y reparar los tejidos del organismo, a producir hormonas y enzimas, y a fortalecer el sistema inmunológico.
Los huevos también contienen colina, un nutriente esencial para el cerebro y el sistema nervioso, y luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que protegen la salud de los ojos. Lácteos descremados: son una buena fuente de proteínas, calcio, fósforo y vitaminas del complejo B, que contribuyen a la salud de los huesos, los dientes, los músculos y el sistema nervioso.
Los lácteos descremados tienen menos grasa y calorías que los enteros, y pueden ayudar a prevenir la osteoporosis y la hipertensión. Se pueden ingerir leche, yogur o queso descremados, solos o combinados con otros alimentos. Frutas frescas: son una excelente fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que ayudan a prevenir el envejecimiento celular, a fortalecer el sistema inmunológico, a regular el tránsito intestinal y a controlar el apetito.
Las frutas frescas tienen un poco índice glucémico, es decir, que no elevan mucho el azúcar en plasma, y aportan agua y electrolitos, que favorecen la hidratación. Se pueden ingerir enteras, en trozos, en ensalada o en batido, preferentemente con cáscara y sin azúcar añadida. Cereales integrales: son una buena fuente de hidratos de carbono complejos, que aportan energía de forma sostenida, y de fibra, que ayuda a regular el colesterol, el azúcar y el apetito.
Cereales y frutos secos
Los cereales integrales también contienen vitaminas, minerales y fitoquímicos, que tienen efectos beneficiosos para la salud. Se pueden consumir avena, quinoa, amaranto, trigo sarraceno o arroz integral, solos o combinados con otros alimentos. Frutos secos y semillas: son una buena fuente de grasas saludables, que ayudan a proteger el corazón y las arterias, y de proteínas, que ayudan a mantener la masa muscular.
Los frutos secos y semillas también contienen fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, que contribuyen a la salud general. Se pueden consumir almendras, nueces, pistachos, semillas de chía, de lino o de sésamo, solos o combinados con otros alimentos, en pequeñas cantidades, ya que son muy calóricos.