La remolacha, una hortaliza de color rojo intenso y sabor dulce, es más que un simple ingrediente para ensaladas o sopas. Se trata de un alimento rico en nutrientes y fitoquímicos que pueden aportar múltiples beneficios para la salud, desde mejorar la circulación sanguínea hasta prevenir el cáncer.
La remolacha contiene una gran cantidad de fitonutrientes biológicamente activos, como la betalaína, que le da su característico color, los compuestos fenólicos, que tienen propiedades antioxidantes, y el nitrato dietético, que se convierte en óxido nítrico en el organismo y tiene efectos vasodilatadores.
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El consumo de remolacha puede reducir la presión arterial sistólica y diastólica, así como la rigidez arterial, gracias al efecto del óxido nítrico, que relaja y ensancha los vasos sanguíneos, facilitando el flujo de sangre y oxígeno. Esto puede prevenir o tratar la hipertensión, una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares.
La remolacha se puede consumir de diversas formas, como cruda, cocida, en jugo, en ensalada, en sopa, en puré, en vinagre, en polvo o en cápsulas. Sin embargo, se recomienda no exceder el consumo de remolacha, ya que puede causar algunos efectos secundarios, como la coloración roja de la orina y las heces, la hipotensión, la hipoglucemia, los cálculos renales o las reacciones alérgicas.
El óxido nítrico también puede mejorar la capacidad aeróbica y anaeróbica, el tiempo de agotamiento y la eficiencia muscular, al aumentar el suministro de oxígeno a los tejidos y reducir el consumo de oxígeno durante el ejercicio. Por esta razón, la remolacha es considerada un suplemento ergogénico natural que puede beneficiar a los deportistas y a las personas que realizan actividad física regular.
La remolacha puede mejorar la función cognitiva y prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, al mejorar la perfusión cerebral y la neuroplasticidad. Además, la betalaína puede inhibir la formación de placas de beta-amiloide, que son responsables de la enfermedad de Alzheimer. Asimismo, el omega 3 que contiene la remolacha puede favorecer la producción de uniones sinápticas, que son esenciales para la comunicación neuronal.
La remolacha es una fuente de hierro, un mineral que interviene en la formación de la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. El consumo de remolacha puede ayudar a prevenir o tratar la anemia ferropénica, que se caracteriza por la disminución de los glóbulos rojos y la hemoglobina, causando síntomas como fatiga, palidez, debilidad, mareos y dificultad respiratoria.
Recomendación
La remolacha es rica en fibra, un componente que no se digiere en el intestino delgado y que llega al colon, donde actúa como prebiótico, estimulando el crecimiento de la flora bacteriana beneficiosa. La fibra también ayuda a regular el tránsito intestinal, prevenir el estreñimiento, aumentar la sensación de saciedad, reducir el colesterol y controlar el azúcar en sangre.
La remolacha es una hortaliza que tiene mucho que ofrecer para la salud, gracias a su alto contenido en nutrientes y fitoquímicos. Su consumo moderado y regular puede aportar beneficios para el sistema cardiovascular, el rendimiento físico, el cerebro, la sangre, la digestión y la prevención del cáncer. Por eso, no dudes en incluirla en tu dieta y disfrutar de su sabor y su color.