La salud puede definirse como el estado de bienestar entre nuestro organismo y nuestra mente en un balance casi perfecto. Sin embargo, puede suceder que en algún momento quieramos vernos mejor por lo que acudiremos a dietas para acrecentar la pérdida de peso.
La salud es imprescindible para desarrollarnos apropiadamente en entornos sociales, laborales y familiares. Es por eso que cada vez que intentamos la pérdida de peso, las cosas se complican por algunos factores que el mismo organismo ha establecido. No solamente hay que tener voluntad, sino entender qué es lo que sucede en realidad.
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La pérdida de peso es bastante compleja, no solo porque debemos dejar de comer aquello que nos gusta, sino porque el organismo atenta contra esto en muchas formas. Se podría decir que es sencilla la ecuación: se debería gastar más energía de lo que se ingiere en los alimentos, pero en la práctica no es tan fácil.
El organismo intenta retener el peso que adquiere con el tiempo en un proceso que se llama homeostasis y que es controlado por el hipotálamo. Según se sabe, las hormonas como la leptina, presente en la grasa del organismo descienden cuando hacemos dieta. El hipotálamo lo interpreta como falta de alimentación, por lo que anima la ingesta.
Por si esto no fuera poco, el organismo reduce el gasto de calorías, por lo que se produce el efecto contrario: menos ingerimos alimentos, más difícil es gastar calorías. En este punto, el organismo busca energía de la ingesta en lugar de utilizar las reservas de grasa, por lo tanto, la pérdida de peso resulta un camino cuesta arriba.
Por otro lado, el organismo tiene memoria, ya que cuando se deja la dieta, las hormonas presentes en el estómago y la grasa intentan retomar su producción original, por lo que se produce el efecto rebote, es decir, se ingiere más alimentos. Esto explica el porqué de que, luego de dejar la dieta por años, el organismo quema calorías lentamente.
Otros factores
La pérdida de peso es tremendamente difícil de llevar adelante, ya que el organismo tiene métodos para balancear la energía, pero para arriba. El aumento de peso, entonces, es natural y como se explicó líneas arriba la tarea parece ser un enfrentamiento interno contra nosotros mismos para tener mejor salud.
Otros factores que interfieren con la pérdida de peso son los genes, los ambientales, culturales y como no podía ser de otra forma, el tipo de alimentos a los que estamos acostumbrados. La actividad física es el primer paso para mejorar en este sentido, pero la alimentación complementa y la mentalidad lo mantiene.