El pollo es una de las carnes más ingeridas en el mundo, por su sabor, su versatilidad y su valor nutricional. Sin embargo, también es una de las más susceptibles de albergar bacterias que pueden causar enfermedades, como la salmonella. Por eso, es muy importante manipular el pollo de forma segura y evitar la contaminación cruzada con otros alimentos o superficies. Alberto Cormillot nos cuenta cómo hacerlo.
Uno de los errores más comunes que se cometen al preparar el pollo es lavarlo antes de cocinarlo, admite Alberto Cormillot. Muchas personas creen que así eliminan las bacterias o los restos de plumas que pueda tener. Sin embargo, lo que hacen es lo contrario: al lavar el pollo crudo, se esparcen los jugos y, con ellos, las bacterias por todo el fregadero, la encimera, los utensilios y las manos.
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Esto aumenta el riesgo de infectar otros alimentos o de ingerir las bacterias al tocar los ojos, por ejemplo. Lavar el pollo crudo no elimina las bacterias, sino que las propaga. Lo único que mata las bacterias es cocinar el pollo a una temperatura adecuada, que debe ser de al menos 74°C (165°F) en la parte más gruesa. Para comprobarlo, se puede usar un termómetro de carne.
“En realidad, con todas las campañas que hubo de higiene, de limpieza, que hay que lavarse las manos, que hay que lavar los utensilios, que hay que tener mucho cuidado con las infecciones cruzadas, muchas personas creen que es bueno lavar el pollo. Pero cuando uno lava el pollo, en realidad, lo que está haciendo es generar la posibilidad de desparramar las bacterias que tiene”, mencionó Alberto Cormillot.
Entonces, ¿cómo manipular el pollo de forma segura y evitar la contaminación? Estos son algunos consejos: Comprar el pollo envasado y refrigerado o congelado. Si está refrigerado, ingerirlo antes de la fecha de caducidad. Si está congelado, descongelarlo en la nevera o en el microondas, nunca a temperatura ambiente.
Separar el pollo crudo de otros alimentos, especialmente los que se comen crudos, como frutas y verduras. Usar una bolsa o un recipiente para evitar que gotee sobre otros alimentos en la nevera. Usar una tabla de cortar diferente para el pollo crudo. No colocar nunca alimentos cocidos, verduras o frutas frescas sobre un plato o tabla en la que haya estado carne de pollo cruda. Lavar las manos con agua y jabón antes y después de manipular el pollo crudo.
Fuente: Infobae
La mejor manera
También lavar bien cualquier superficie y utensilio que haya estado en contacto con el pollo crudo, como cuchillos, tijeras, pinzas o platos. Cocinar el pollo hasta que esté bien hecho por dentro y por fuera. No servir ni ingerir pollo poco hecho o rosado. Verificar la temperatura interna con un termómetro de carne. Guardar los restos de pollo cocinado en recipientes herméticos y refrigerarlos o congelarlos lo antes posible. No dejarlos más de dos horas a temperatura ambiente.
“Una estrategia que se puede aplicar para evitar la contaminación es usar tablas de picar diferentes, una para carnes en general (pollo, carne de res, mariscos, pescados, etc.) y otra para cortar o pelar frutas y verduras. Y le agrego un tip de alimentación para el cerebro o para el alma. Si usted está en calma cuando todos los demás están perdiendo la cabeza, puede ser o que la tenga muy clara, o que no esté viendo bien la situación”, sostuvo Alberto Cormillot.