En una nota con El Planeta Urbano, Fer Dente contó cómo se lleva con sus hermanos y que le depara el futuro en cuanto trabajos. “Es dinámica. Siempre lo fue. Siento que es un (vínculo) que está bien. Con el que menos vínculo mantengo es con Tomás, pero ni mejor ni peor que con los demás. Adoro a mis sobrinos Santino y Valentino, los hijos de Lucas”, contó el artista sobre sus hermanos.
“Lo bueno de nosotros cuatro es que somos cero reclamo, porque crecimos en una familia que fue cero reclamo. Me gusta el ejercicio de sostener y alimentar (el vínculo), aunque admito que a veces descanso sabiendo que el de hermano es el único vínculo que me queda para siempre. En mi familia también incluiría a Agustina (Vera), sí, a quien, como te comenté, considero mi hermana”, agregó Fer Dente.
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Sobre Agustina Vera, Dente mencionó: “Es el sol de mi vida, alguien muy especial, una persona increíble. Se convirtió en mi mamá cuando perdí la mía a los 19. Vivimos juntos. Es la persona que más me conoce de atrás para adelante. Que hace tres años haya sido madre de Julia me llena el corazón, y aumenta mis ganas de ser papá”.
En cuanto a todo lo que le sucedió en su carrera profesional, Fer sostiene: “Entiendo que se debe al esfuerzo, a la curiosidad, a la certeza de un camino. Vuelvo a mis padres, que ahí fueron ejemplo. Porque al mismo tiempo que yo entré en primer grado, mamá empezó la facultad. Ellos eran distintos pero con varios puntos en común que me gusta haber heredado”.
El productor contó que el esfuerzo y dedicación que emana por sus poros se los debe a sus padres. “Yo crecí viendo a mi madre quemándose las pestañas noche a noche y yendo a rendir para recibirse de abogada, con ese (aproveche) de dar un paso para aprender y progresar. Mis viejos también eran la antiqueja. Aunque medio pasados los dos, se la bancaban. No éramos una familia “de vacaciones”, dijo.
“Mi papá se quejaba por la plata pero no lo hacía a la hora de levantarse cada día a las 7 de la mañana para irse a su gomería y quedarse laburando hasta las ocho de la noche. Yo lo escuchaba tempranito, como rezando: ¡Dale, dale, dale! ¡Huevo, huevo, huevo!. Me veo mucho de ellos dos, porque a mí me encanta tomar clases, puedo hacer mil millones de funciones (en dieciocho años sólo falté a tres), y me cuesta aceptar que estoy cansado”, completó.
Presente y futuro
Sobre lo que tiene pensado hacer en el corto plazo, Fer Dente mencionó: “A partir de ahora quiero hacer un poco de quilombo”. Y aclaró: “Tampoco es que la tuve fácil, pero sí accedí a oportunidades buenas, servidas. Obvio que le metí mucho esfuerzo y curiosidad, como recién te comenté. No me quito mérito, aunque reconozco que transité gran parte de ese camino con viento a favor”.
“Y como siempre siento que debo trabajar el triple de cara a honrar tales oportunidades y poder construir desde ahí, pienso en un montón de cosas para devolver lo que me tocó en suerte. ¡Necesito devolver! Obvio que me fascina el público de la tevé y del teatro, pero como quedé medio trabado de pibe, pretendo ayudar a los jóvenes. Me siento muy conectado con la etapa de post secundaria, con el planteo de qué hay que hacer, cómo. Quiero estar cerca y pensar proyectos y contenidos para ellos”, completó.