La rúcula es una planta de la familia de las crucíferas, como el brócoli, la coliflor o el repollo, que se caracteriza por sus hojas verdes, alargadas y dentadas, y por su sabor picante y aromático. Originaria de la región mediterránea, la rúcula se ha comido desde la antigüedad por sus propiedades nutritivas y medicinales, e incluso se le atribuía un efecto afrodisíaco.
Hoy en día, la rúcula es un ingrediente muy popular en la cocina, especialmente en ensaladas, pizzas, pastas y sándwiches, ya que aporta un toque de frescura y sabor a los platos. Pero además de ser deliciosa, la rúcula es una verdura muy saludable, que ofrece múltiples beneficios para el organismo. Entre las propiedades de la rúcula destaca su poco contenido en calorías, azúcar, carbohidratos y grasas, lo que la hace ideal para las dietas de pérdida de peso.
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También es una buena fuente de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal, a prevenir el estreñimiento y a mejorar la salud de la microbiota. La fibra también contribuye a controlar los niveles de glucosa y a aumentar la sensación de saciedad. La rúcula también es rica en vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Entre ellos se hallan el calcio, el potasio, el folato, la vitamina C, la vitamina K y la vitamina A. Estos nutrientes tienen diversas funciones, como: El calcio es necesario para la salud ósea, dental, muscular y nerviosa; El potasio es vital para el equilibrio de los fluidos corporales, la función cardíaca y nerviosa y la contracción muscular; El folato o vitamina B9 es importante para la síntesis del material genético y el desarrollo fetal.
La vitamina C es un poderoso antioxidante que refuerza el sistema inmunitario y favorece la cicatrización de las heridas; La vitamina K es esencial para la coagulación de la sangre y la prevención de hemorragias: La vitamina A es otro antioxidante que protege la visión, la piel y las mucosas. Además de estos nutrientes, la rúcula contiene compuestos fitoquímicos que le confieren propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y anticancerígenas.
Entre ellos se hallan los glucosinolatos, los carotenoides (como la luteína y la zeaxantina) y los flavonoides. Estos compuestos actúan como: Los glucosinolatos son precursores de sustancias llamadas isotiocianatos, que inhiben el crecimiento de células tumorales y estimulan la apoptosis. Estos compuestos también ayudan a eliminar toxinas del organismo y a prevenir enfermedades crónicas como las cardiovasculares o las neurodegenerativas.
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Los carotenoides son pigmentos vegetales que protegen la retina de los daños causados por los rayos ultravioleta y previenen enfermedades oculares como las cataratas o la degeneración macular. También tienen efecto antioxidante y antiinflamatorio en todo el organismo. Los flavonoides son antioxidantes que neutralizan los radicales libres y previenen el estrés oxidativo celular. También tienen efecto antiinflamatorio, antialérgico, antiviral y antitrombótico.
Como se puede apreciar, la rúcula es una verdura con muchas propiedades y beneficios para la salud. Por eso se recomienda ingerirla con frecuencia, preferiblemente cruda o poco cocinada para conservar sus nutrientes. La rúcula se puede combinar con otros vegetales, frutas, frutos secos, quesos o carnes para crear platos variados y sabrosos. Así que no dudes en incluir esta planta en tu dieta y aprovechar de su sabor y su salud.