Las zanahorias son unas de las hortalizas más consumidas y apreciadas en todo el mundo, tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales y medicinales. Su color naranja se debe a su alto contenido en carotenoides, unos pigmentos vegetales que se transforman en vitamina A en el organismo. Esta vitamina es esencial para la salud de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y la visión.
Además de la vitamina A, las zanahorias aportan otras vitaminas, como la B, la C y la E, que tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios e inmunológicos. También son ricas en minerales, como el potasio, el calcio, el fósforo, el magnesio y el hierro, que regulan el equilibrio hídrico, la presión arterial, la transmisión nerviosa y la formación de glóbulos rojos.
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Las zanahorias también contienen fibra, que mejora el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y ayuda a controlar el colesterol y el azúcar en sangre. Por su bajo contenido calórico (32 kcal por 100 g) y su efecto saciante, las zanahorias son ideales para incluir en las dietas de adelgazamiento.
Las zanahorias se pueden consumir de diversas formas: crudas, cocidas, ralladas, en jugo, en puré, en ensalada, en sopas, en guisos o en postres. Cada forma de preparación tiene sus ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, al cocerlas se pierde parte de la vitamina C, pero se facilita la absorción de los carotenoides. Al exprimirlas se obtiene un jugo concentrado en nutrientes, pero se elimina la fibra.
Los beneficios de comer zanahorias son numerosos y variados. Entre ellos se pueden destacar los siguientes: Protegen la visión y previenen enfermedades oculares como la catarata o el glaucoma. Fortalecen el sistema inmunitario y aumentan las defensas contra las infecciones. Previenen el envejecimiento prematuro y mejoran el aspecto de la piel.
Favorecen la cicatrización de heridas y quemaduras. Ayudan a prevenir y combatir el cáncer, especialmente el de pulmón, colon y mama. Depuran el organismo y eliminan toxinas. Alivian los dolores menstruales y regulan el ciclo hormonal. Estimulan el apetito y la producción de leche materna. Mejoran el estado de ánimo y combaten la depresión.
Como conservar las zanahorias
Se recomienda limpiar las zanahorias sin lavarlas, quitarles las hojas verdes si las tienen, envolverlas en papel absorbente o de periódico húmedo y guardarlas en un recipiente o bolsa hermética en la parte más fresca de la heladera. De esta manera, se evita que se sequen, se arruguen o se pudran. Se deben cambiar el papel y el agua cada cierto tiempo. Esta forma de conservación puede durar de 2 a 3 semanas.
Conservar las zanahorias en el congelador: se debe pelar las zanahorias, cortarlas en rodajas o dados y blanquearlas, es decir, hervirlas brevemente y enfriarlas rápidamente bajo agua fría. Luego, se deben escurrir bien, guardarlas en bolsas o recipientes aptos para congelar y etiquetarlos con la fecha. Esta forma de conservación puede durar de 10 a 12 meses. Las zanahorias congeladas se pueden usar directamente para recetas cocinadas, como sopas, guisos o purés.