La avena es un cereal que se ha consumido desde la antigüedad por sus múltiples beneficios para la salud. Es rica en fibra, proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes, y tiene propiedades que ayudan a regular el colesterol, la presión arterial, el azúcar en sangre, el tránsito intestinal y el sistema inmunológico.
La avena es una fuente de energía y saciedad, ideal para empezar el día o para reponer fuerzas después de hacer ejercicio. Para aprovechar al máximo las propiedades de la avena, es importante elegir la variedad integral, que conserva el grano entero con su cáscara, su germen y su endospermo.
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Así, se obtiene más fibra, más nutrientes y más sabor. La avena integral se puede encontrar en forma de copos, salvado, harina o leche, y se puede consumir de diferentes maneras, según el gusto y la necesidad de cada persona.
Una forma muy común y sencilla de consumir la avena es en el desayuno, mezclada con leche, yogur, fruta, frutos secos, miel, cacao o canela. Se puede tomar cruda o cocida, aunque se recomienda remojar previamente para facilitar su digestión y su absorción.
También se puede preparar un “porridge”, que consiste en cocer los copos con leche o agua hasta obtener una consistencia cremosa, y añadir los ingredientes que se prefieran. Otra forma de consumir la avena es incorporar a la elaboración de pan, galletas, bizcochos, tortas, muffins, granola o barritas energéticas.
Para ello, se puede usar la harina de avena o los copos de avena, que aportan textura y sabor a los productos horneados. También se puede usar el salvado de avena, que es la parte más rica en fibra, para espolvorear sobre las ensaladas, las sopas, los purés o los batidos.
Leche de avena
La leche de avena es otra opción para consumir este cereal, sobre todo para las personas que no toleran la lactosa o que prefieren una bebida vegetal. La leche de avena se puede comprar ya hecha o se puede hacer en casa, triturando los copos de avena con agua y colando el líquido resultante. Se puede tomar sola, con café, con té, con cacao o con cereales.
La avena es, sin duda, un alimento muy versátil y nutritivo, que se puede consumir de muchas formas y que ofrece grandes beneficios para la salud. Lo ideal es consumirla a diario, preferiblemente en el desayuno o en la merienda, y combinarla con otros alimentos saludables, como frutas, verduras, legumbres, frutos secos o semillas.