Entrenamientos que pueden ayudar a reducir la grasa abdominal, mejorar la salud y el aspecto físico existen muchos. Pero: ¿cuáles son los más efectivos? es la pregunta que cualquier persona se preguntaría antes de comenzar cualquier rutina o ejercicio.
Entrenamientos cardiovasculares es uno de los más recomendados. El cardio es adecuado para activar el metabolismo y perder calorías. Lo ideal es que lo realices varios días a la semana, haciendo entre 20 y 40 minutos.
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Puedes elegir el tipo de cardio que más te guste, como correr, nadar, saltar a la cuerda, hacer bicicleta o practicar algún deporte como el tenis o el fútbol. Lo importante es que mantengas una intensidad moderada a alta y que varía el ritmo para crear un efecto de intervalos.
La grasa abdominal es una de las más difíciles de eliminar, ya que se acumula por diversos factores como la genética, el estrés, la alimentación o el sedentarismo.
Entrenamientos de tonificación siguen en la lista. Son clave para que tus músculos se fortalezcan y así tonificar el organismo. No te centres solo en el abdomen, pues lo ideal es tonificar todos tus músculos de manera proporcionada.
Puedes hacer ejercicios con pesas, bandas elásticas, mancuernas o tu propio peso corporal. Algunos de los más recomendados son las planchas, los abdominales, las flexiones, las sentadillas, las estocadas, los burpees o los escaladores. Los entrenamientos de calistenia se ubican en el tercer lugar de los recomendados para eliminar la grasa abdominal.
Estos entrenamientos se basan en el movimiento del organismo y que trabajan varios grupos musculares al mismo tiempo. Son muy útiles para quemar grasa, ganar fuerza y mejorar la coordinación y el equilibrio. Algunos ejemplos son los saltos, los giros, las elevaciones de extremidades inferiores, los ejercicios de bicicleta o los impactos en el talón.
Recomendación
La frecuencia y la duración de estos entrenamientos dependerá de tu nivel de forma física, de tus objetivos y de tu disponibilidad de tiempo. Lo ideal es que combines los tres tipos de ejercicios y que los hagas al menos tres veces por semana, dedicando entre 45 y 60 minutos por sesión.
Por supuesto, estos entrenamientos deben ir acompañados de una alimentación saludable, equilibrada y poca en calorías, que evite la ingesta de grasas saturadas, azúcares refinados, alcohol y alimentos procesados. Asimismo, se recomienda beber mucha agua, dormir bien, evitar el estrés y mantener un estilo de vida activo.