El singonio, también conocido como syngonium podophyllum, es una planta de interior apreciada por su elegancia y fácil cuidado. Originaria de América Central y del Sur, esta planta es popular por sus hojas en forma de flecha y su capacidad para prosperar en entornos domésticos.
El singonio es una planta perenne que pertenece a la familia araceae. Su atractiva apariencia y adaptabilidad hacen que sea una elección popular para aquellos que buscan una planta de interior de poco mantenimiento. En la nota de hoy, veremos algunos de sus cuidados básicos.
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El singonio prospera mejor en interiores con luz indirecta brillante. Lo ideal es evitar su contacto directo con el sol, ya que puede dañar las hojas sensibles de la planta, es muy recomendable mantener una temperatura entre 15 °C y 25 °C para un desarrollo óptimo.
Respecto al suelo, siempre es mejor un sustrato ligeramente húmedo. Riega la planta cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto. Evita el encharcamiento, ya que puede llevar a problemas de pudrición de raíces.
Estas plantas prefieren de un ambiente húmedo. Pulveriza agua sobre las hojas regularmente para aumentar la humedad alrededor de la planta. También puedes colocar la maceta sobre un plato con guijarros y agua para crear un microclima más húmedo.
Fertiliza el singonio mensualmente durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante equilibrado. Reduce la frecuencia en otoño e invierno cuando la planta experimenta un crecimiento más lento.
Podas y propagación
Realiza podas regulares para mantener la forma que quieras y fomentar un crecimiento más compacto. También puedes entrenar los tallos para que sigan una dirección específica mediante el uso de tutores.
El singonio es fácil de propagar mediante esquejes. Corta un trozo de tallo con al menos un par de hojas y plántalo en tierra húmeda. Tapa la planta con una bolsa de plástico para crear un ambiente húmedo que fomente el enraizamiento.