El estrés es una condición mental que en niveles adecuados puede motivar y animal a las personas a desafiarse y llegar a nuevos horizontes. Sin embargo, en condiciones poco saludables, esta condición puede llegar a causar serios problemas en la salud de quien la padece.
El estrés, según varias investigaciones, está afectando negativamente a muchas más personas que en los 20 años pasados. Es por eso que es imprescindible conocer cuáles son los tremendos efectos que tiene en la salud para poder tomar decisiones más informadas.
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Esta condición se considera como una respuesta del organismo a ciertos factores del entorno que pueden identificarse como amenazantes de la integridad. Como consecuencia, algunas hormonas se liberan de manera cotidiana, ocasionando un efecto contraproducente.
De acuerdo al portal “Mega noticias”, el estrés puede causar problemas digestivos como gastritis nerviosas que pueden escalar hasta las crónicas. Todo esto puede causar colon irritable, pero a la vez puede ocasionar ingesta mayor o menor dependiendo los casos.
La piel puede sufrir casos ligeros o severos de acné, reacciones alérgicas, eccema, psoriasis o picazón extrema. Durante las horas de sueño es posible experimentar molestias en toda la piel, afectando negativamente las horas de sueño y descanso, lo que se traduce en menor rendimiento en general.
Los casos más graves, como el estrés crónico pueden ocasionar severos conflictos en el interior del organismo como aumento de la presión arterial, problemas cardíacos y hasta privación social por falta de contacto con otras personas. Es crucial tener información fiable sobre estos temas y hablarlos cuanto antes en un entorno de confianza.
Posibles tratamientos
El estrés es la respuesta fisiológica de nuestro organismo ante algunas situaciones externas, sin embargo, se puede liberar la tensión muscular o mental con algunas actividades al alcance de todos. El ejercicio físico puede tener efectos positivos para ayudar a dispersar la mente y colaborar para mejorar el estado de bienestar general.
La alimentación es fundamental en estos entornos, por lo que se recomienda evitar la sal, harinas ultra refinadas, alimentos grasosos y bebidas azucaradas, así como alcohólicas. La mezcla de la correcta actividad y dieta puede cambiar radicalmente la vida de las personas.