Los garbanzos son una legumbre muy nutritiva y versátil que se puede incorporar a las comidas diarias de diferentes formas. Los garbanzos son una fuente de proteínas vegetales, fibra, hidratos de carbono complejos, vitaminas y minerales.
Estos nutrientes los hacen ideales para saciar el apetito, regular el tránsito intestinal, prevenir la anemia y fortalecer el sistema inmunitario. Además, los garbanzos tienen un sabor suave y una textura cremosa que se adapta a diferentes preparaciones.
Te podría interesar
Una forma de incorporar los garbanzos a las comidas diarias es cocinarlos en guisos o sopas con verduras, carnes, especias o hierbas aromáticas. Estos platos son reconfortantes, sabrosos y nutritivos, y se pueden ingerir tanto en invierno como en verano.
También se pueden congelar los garbanzos ya cocidos, en porciones individuales, para tenerlos listos cuando se necesiten.
Algunos ejemplos son el cocido madrileño, el curry de garbanzos y pollo, o la sopa de garbanzos y espinacas. Otra forma de incorporar esta legumbre a las comidas diarias es usarlos en ensaladas frías o templadas, combinándolos con hojas verdes, frutos secos, frutas, quesos, pescados o carnes.
Estas ensaladas son refrescantes, ligeras y completas, y se pueden variar según los ingredientes que se tengan a mano. Algunos ejemplos son la ensalada de garbanzos, aguacate y queso feta, la ensalada de garbanzos, tomate y ventresca de atún, o la ensalada de garbanzos, aceitunas y queso.
Una tercera forma de incorporar los garbanzos a las comidas diarias es elaborar hamburguesas, albóndigas, tortitas o croquetas con ellos, triturándolos y mezclándolos con otros ingredientes como verduras, huevo, pan rallado o harina.
Sabor
Estas preparaciones son divertidas, crujientes y versátiles, y se pueden acompañar con salsas, ensaladas o pan. Algunos ejemplos son las hamburguesas de garbanzos y champiñones, las tortitas de garbanzos, patata y zanahoria, o las croquetas de garbanzos y queso.
Para conservar los garbanzos, se pueden comprar secos o en conserva. Los garbanzos secos se deben guardar en un lugar fresco, seco y oscuro, y se deben colocar en remojo unas horas antes de cocerlos. Los garbanzos en conserva se deben enjuagar bien antes de usarlos, y se pueden guardar en la heladera.