Vero Lozano y Jorge “Corcho” Rodríguez llevan 16 años de convivencia, tiempo que nadie hubiera imaginado. Sí, el empresario y la conductora se conocieron en 2007 y las expectativas de perdurar en el tiempo eran pocas, casi nulas, por lo menos para ella, que era la menos optimista.
"Al principio era medio un romance de oficina, para que nadie se diera cuenta de lo nuestro. Él tenía sus cosas. Y yo las mías. Pensé bueno, lo conozco, me genera curiosidad, no me (enseño) tanto, porque si esto no funciona se va a generar un incendio", rememoró Vero Lozano.
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Sobre vestirse de blanco y caminar hacia el altar, la conductora de “Corta por Lozano”, mencionó: “Lo hemos hablado en algún momento, pero a ninguno de los dos nos parece algo fundamental. ¿Estamos bien así? Si. ¿Para qué vamos a cambiar las cosas?”.
A su vez, la psicóloga reconoció que en este 2023 existieron algunas crisis. “¿Quién no la tiene? La realidad es que en el amor no hay fórmulas mágicas ni un secreto para la felicidad. Algo muy positivo que tenemos nosotros como pareja es que, cuando algo nos hace ruido del otro, paramos la pelota, nos sentamos y lo hablamos”, dijo.
"Che, ¿por qué dijiste tal cosa anoche? o Me molestó tu actitud en tal lugar. No nos callamos, debatimos, analizamos, discutimos y todo eso permite, de alguna manera, reformular el vínculo. Yo creo mucho en eso de volver a elegirte a diario, me parece real y sano”, destacó Vero.
De esta manera, la exmodelo mencionó que no puede compartir ninguna fórmula secreta con nadie por una obvia razón. “No, porque no creo que exista una clave, pero sí voy a compartir algo que a nosotros dos nos funciona mucho: mantener nuestros propios espacios sin invadirnos”, mencionó.
Pasatiempo
“Cada uno de la pareja tiene su hobby, su actividad y el otro no se mete: pueden ser los caballos, la lectura, la música, algunos amigos. ¡no es necesario juntarse siempre con otras parejas! y hasta lugares físicos que cada uno ocupa cuando tiene ganas y quiere un poco de soledad”, destacó Vero Lozano.
“Eso sí me parece fundamental: respetar el espacio del otro. Porque, además, después, el reencuentro es mucho más lindo, más (anhelado), esperado, enriquecedor y suele ser con la mejor de las ondas. Hasta me parece interesante que los hijos observen que sus padres mantienen su autonomía y (aprovechan) de algunos momentos a solas”, completó.