Soledad Pastorutti fue al programa de Fer Dente y se enseñó más sincera que nunca, hablando de las diferentes situaciones que le tocan atravesar.
La joven comenzó con una confesión inesperada. Soledad Pastorutti contó: "Mi primer trabajo fue como canillita para un diario de distribución gratuita, en mi pueblo".
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Luego remarcó que, como ella, sus seguidores son gente humilde, sencilla y muy trabajadora. La diva remarcó: "Mis fans por mí hicieron muchas cosas, llegaron a entrar a mi casa. Viajes larguísimos, dormir en la calle y comer de la basura, me lo confesaron dos fans que se conocieron en un recital mío, y el chico me contó que en ese momento no tenía plata, viajaba a dedo y buscó comida en la basura, y terminó comiendo el pedazo de una manzana".
Ante la pregunta del conductor sobre quién es más crítico de su trabajo, si su hermana Natalia o su marido Jeremías, Soledad Pastorutti respondió: "Palo y palo, pero me banco más a mi hermana, porque con Jere me peleo. Tiene otra manera de decir las cosas que me choca un poco más".
En ese punto, la cantante confesó: "En la casa de mi infancia faltaron un montón de cosas, pero mi mamá limpiaba la casa silbando y mi papá también volvía del trabajo cantando. Ninguno era músico pero era una familia muy musical. Mi mamá daba clases de streching en el garaje de mi casa y a mi papá no lo (quitabas) del folckore".
Muy emocionada, Soledad contó: "Cuando elegí el tema La viajerita, de Jorge Cafrune, lo hice en homenaje a mi papá. Esta canción siempre la cantaba él, me recuerda todos esos momentos. Mi hermana y yo no podríamos ser lo que somos si no fuera por mi papá. Los primeros años de mi carrera no podía decirle que no. No tuvo un hijo futbolista pero tuvo una hija folklorista".
La importancia de Arequito
La joven habló de su pueblo natal y lo que aprovechó allí: "Vivir en un pueblo como Arequito, ir al secundario sin dormir, con el grabador al hombro, porque yo tenía todos los cds que me regalaba la discográfica".
Y recordó algo muy divertido: "En aquel momento los llevaba, lo pasábamos en la plaza del pueblo y después nos íbamos sin dormir al colegio".