Por estas horas, Alejandro Fantino está junto a su esposa Coni Mosqueira, en uno de los lugares más preciados y custodiados del mundo: Jordania, país de Medio Oriente que viene recorriendo desde el miércoles, tras dejar la tierra de los faraones, Egipto.
El lugar que recorren Alejandro Fantino y Coni Mosqueira recibe un nombre cuanto menos paradójico debido a que sus aguas y sus propiedades, tras minuciosos estudios demográficos, suponen una verdadera fuente de vida, de juventud y de belleza, algo que buscan todos.
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“Las aguas de este lugar, por su alto grado de salinidad tienen notables propiedades curativas, junto con el barro rico en minerales, unido al efecto climático, hacen de la zona un inigualable balneario natural en el que tratar distintas enfermedades”, menciona un portal español sobre las características de la zona.
Aquí, por medio de un tratamiento a base de lodo, se tratan enfermedades reumáticas, respiratorias y por excelencia las dermatológicas. Es por eso que muchos aseguran que para rejuvenecer es necesario visitar ese sector que caracteriza a Jordania.
Si bien Alejandro no viajó a este país con ese propósito, sino más bien para recuperarse, descansar, relajarse y por sobre todo tener una luna de miel bastante descontracturada a lo habitual, no perdió la oportunidad de zambullirse en el barro junto a su esposa.
Está tan eficiente el lodo de Jordania que numerosas firmas de cosmética utilizan las sales de este peculiar mar para las sales de baño, jabones y toda la variedad de cosméticos que uno se puede imaginar. Tras el tratamiento ¿cuántos años menos tendrá Ale, quien ya pasó los cincuenta?
Ridículo
Fiel a su forma de ser, Alejandro Fantino no dejó pasar la oportunidad de compararse con el mismísimo Dutch de la película “Depredador” (1987), papel interpretado por el legendario Arnold Schwarzenegger. Si bien el físico lo ayuda bastante, el lodo en todo su ser los asemeja aún más.
El esposo de Coni Mosqueira hizo hincapié en una sola escena de la película, en la que Arnold evade al depredador utilizando lodo como camuflaje. De esta manera, el periodista no solo se comparó con el más grande del cine norteamericano, sino que volvió a hacer una de sus clásicas escenas ridículas.