Por primera vez en su carrera, Abel Pintos se animó a la pantalla chica, algo que solo conoció por medio de las entrevistas que en varias oportunidades brindo o por la incipiente necesidad de promocionar sus shows. Junto a Florencia Peña, La Joaqui y el coreógrafo uruguayo Emir Abdul en el jurado, el bahiense se deja ver todas las noches, de lunes a viernes desde las 21.45, por Telefe, de una manera distinta a la que conocimos de el sobre los escenarios, de donde está ausente desde que finalizó la temporada de festivales en marzo pasado.
"Tenemos un despliegue que no tiene (algo) que envidiarles a otros países, verdaderamente es espectacular, y además, tenemos la pasión. Será porque soy argentina, pero creo que tenemos esa cosa de que nos enojamos, (aprovechamos), nos emocionamos. Todo es ardiente y con el corazón que late", comentó Lizy Tagliani, quien cumple la función de conductora, en una nota que brindo a Télam. Como no podía ser de otra manera, Abel Pintos también dio a conocer su opinión sobre el ciclo que llevaba varios años archivado y que en algún momento se llamó “Talento Argentino”.
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En cuanto a la impresión que se llevó de los participantes, que son de todos el país debido a que la convocatoria se realizó en las principales ciudades de la Argentina, el esposo de Mora Calabrese analizó: “Hay cosas que nunca había visto, a mí me influyeron mucho los artistas drag que se presentaron. Había escuchado un poco sobre el tema, pero nunca había sido testigo ni mucho menos conocido profundamente el concepto artístico. Es una disciplina muy particular, porque se mezcla con el tránsito emocional, el psicológico, el espiritual, y me impactó mucho”.
“Les agradecí mucho a esos participantes, les hice saber que estaba aprendiendo, y fueron muy pacientes conmigo”, reconoció el intérprete de “Sin principio ni final”, en cuanto a los números que lo dejaron sin palabra. A su vez, el artista mencionó como se lleva con el jurado. Como habíamos mencionado, junto a él están la actriz Florencia Peña, que fue artífice de algunas polémicas en el inicio del programa, la cantante La Joaqui, y el coreógrafo uruguayo Emir Abdul, que en la última semana fue bastante repudiado en las redes sociales por desconocer algunas cosas argentinas.
“Es una linda experiencia, muy nutritiva, aprendo mucho de mis compañeros y de los participantes, y hasta de mí mismo, porque me vi envuelto en situaciones en las que tuve que resolver cuestiones que cuando terminaban me decía: ah, esto nunca lo había visto de esta manera, que un artista me llevara a poder entenderlas de cierta forma. Fue muy interesante haber aceptado este desafío”, dice Abel Pintos sobre cómo fue formulando su devolución debido a la variedad de números que se presentaron en el escenario de Telefe.
En cuanto a los criterios con los que se manera en el rol de jurado, el bahiense destacó: “Fue fundamental la primera charla que tuvimos entre los cinco, porque establecimos casi una ley, que teníamos que ser nosotros y solamente nosotros. La producción nos dio carta libre de hacer, decir y pensar lo que queramos, y en este caso nos toca estar frente a las cámaras pero no trabajar para las cámaras. Íbamos a sentir lo que nos pasa con cada participante y sostener eso”. De esta manera el cantante dejo en claro que debió cambiar el chip para saber cómo es estar del otro lado del escenario.
En el lugar del otro
“Inmediatamente conectamos en ese lugar, y luego con cada uno los criterios eran distintos, porque muchos artistas vinieron a revalidar su talento después de recorrer un largo camino, pero sin la oportunidad de una ventana popular como esta, así que cuando me daba cuenta de eso me (colocaba) más técnico, iba más a lo fino, porque no eran principiantes y podían hacerlo mejor. En cambio, a los artistas que vinieron a descubrirse los acompañamos más, para darles herramientas y votos de confianza”, sintetizó Abel Pintos sobre como arreglaron con los demás jurados.
“Toda la primera etapa me allanó un poco el camino, porque en los primeros programas de audiciones soy casi como una amiga que les da fuerza para que tengan el coraje de salir a comerse el escenario. Y después, la que los recibe con alegría o con cierta nostalgia, si no pudieron dar lo que querían. Así que, en la segunda etapa, la de pararme frente al escenario y en la que ya (algo) no se pueda ocultar, cuando está todo (evidenciado), ahí estoy más tranquila. Ya pude tener toda la previa y conocerlos, y eso me gusta”, analizó Lizy Tagliani sobre como vio al concursante en la primera ronda.