Este sábado 17 de diciembre, Dante Gebel condujo su penúltimo programa del año en El Nueve. Como es una costumbre en “La Divina Noche de Dante”, el conductor ocupó los minutos finales para dejar una impactante reflexión, en esta oportunidad habló sobre “mirar el futuro con optimismo”.
“Hay que tener en cuenta que lo mejor siempre está por venir”, reconoció Dante Gebel antes de explayarse sobre el futuro. "Para progresar en la vida, la gente necesita tener la capacidad de imaginar realidades alternas mejores que las que vive”, completó el conductor.
“Esa motivación ayuda a las personas a lograr sus metas. Los pesimistas, en cambio, ven cualquier suceso positivo como algo casual, temporal y que pasa de pura suerte", agregó el orador, quien recibió como invitado este fin de semana al productor y actor Adrián Suar.
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Por su parte, el conductor, en su podcast, también dejó una particular reflexión a la cual llamó “La extraña historia del paracaídas rosado”. “Cuando enfrentamos adversidad, a menudo nos apresuramos a pensar que es algo que Dios nos está haciendo; que si batallamos con una espina es porque Dios nos abandonó como hijos”, dijo.
“Así, aun después del regalo de vida eterna y riqueza eterna que el Señor nos ha dado, nos atrevemos a rezongar, una salud frágil o pobreza terrenal. Pero, recordemos que Dios prefiere que tengamos una cojera ocasional, antes que un pavoneo perpetuo”, agregó Dante.
“Él sabe que necesitamos unos cuantos tropezones para convencernos que Su Gracia es suficiente para nuestra salvación y que no necesitamos un paracaídas rosa para saltar”, completó Dante Gebel sobre cómo actuar o en qué pensar cuando una persona enfrenta la adversidad.
Fuente: (El Nueve).
Confesiones de un ratón
Dante Gebel en otra reflexión dijo: “La vida no se trata de llegar, sino de cómo llegamos a destino. Y para no perdernos ni desviarnos en la trayectoria, necesitamos aprender a tomar reposo cuando sea necesario, tenemos que aceptar y cumplir con nuestras responsabilidades, aprender a vivir nuestra libertad dentro con ciertos límites y fomentar los vínculos sanos con todos los que nos rodean”.
“Sin embargo, con frecuencia nos pasamos la vida haciendo girar nuestra rueda frenéticamente como un hámster, enfrascados en actividades y compromisos, sin llegar a ningún sitio. Es por eso que en algún momento necesitamos salir de la noria del roedor para echar una mirada sincera a nuestra vida”, cerró.