Dentro de los múltiples ejercicios aeróbicos, el que más ha destacado en los últimos años es el Jumping fitness, una de las principales alternativas para perder de peso, mejorar la resistencia y reducir el impacto en las articulaciones.
El Jumping fitness, también conocido como body jump, es una disciplina creada en 2001 en República Checa. Los instructores Jana Svodova y Tomas Burianek combinaron los principios de los ejercicios aeróbicos con una cama elástica o trampolín, con el objetivo de minimizar el impacto en las articulaciones y hacer las clases más dinámicas.
Este ejercicio aeróbico por lo general se desarrolla entre 45 o 60 minutos, con música de fondo para orientar cada ejercicio y con variaciones de la intensidad de los movimientos. Así, es muy común combinarla con el body pump, el body balance, el fitboxing, el pilates y el spinning.
Sin embargo, lo que distingue al Jumping fitness de los demás ejercicios es el lugar donde se realiza la actividad: una cama elástica. Por esto, durante los últimos años hubo un incremento del interés por parte de gimnasios deportistas.
Y es que gracias a la cama elástica, al realizar este ejercicio no colocamos a nuestras articulaciones en peligro de lesionarse. Pocos saben que algunas disciplinas aeróbicas generan un impacto en las rodillas, los tobillos y la cadera, lo que deriva con el tiempo en desgaste, dolor, inflamación y lesiones.
Al realizar los múltiples ejercicios del Jumping fitness sobre el trampolín ayudamos a aliviar de manera considerable la tensión en estas zonas, ya que cada movimiento se amortigua, olvidándonos así de los peligros de sufrir lesiones.
Cómo practicar el Jumping fitness
Como dijimos en un principio, el Jumping fitness se desarrolla a través de clases que van desde los 45 a los 60 minutos. En ocasiones se pueden hallar sesiones más cortas, de 30 minutos, destinadas a quienes recién incursionan.
Las clases están dirigidas por un entrenador, quien además es el responsable de seleccionar las pistas musicales que sirven de acompañantes y que, en teoría, deben estar coordinadas con los movimientos para ayudar a orientar y marcan el ritmo para pasar de media a alta intensidad.