Los brotes verdes son semillas germinadas muy ricas en nutrientes. Sus propiedades los convierten en ingredientes imprescindibles en una dieta equilibrada para añadir vitaminas y fibra tu nutrición
Para aprovechar al máximo todos los beneficios y nutrientes de los brotes verdes es muy importante consumirlos en el menor tiempo posible. Si los compramos ya listos, los comeremos en uno o dos días.
Para quienes no sepan, los brotes verdes son aquellas verduras que aún no han crecido en su totalidad, y contiene todos los beneficios de los vegetales, pero potenciados. Cuando la semilla germina da como resultado los brotes verdes, que son el principio de la planta.
Así, todas las reservas nutritivas presenten en la semilla multiplican sus virtudes en esta fase inicial de crecimiento. Los brotes verdes se pueden germinar en casa de manera sencilla, solamente necesitan humedad y calor constante.
Si quieres geminarlas en casa debes usar un recipiente que podamos mojar y escurrir, o bien algún utensilio específico de los que se comercializan con este fin. No obstante, también podemos comprar los germinados ya preparados, aunque deberemos consumirlo en uno o dos días.
Lo brotes verdes son alimentos en germinación y destacan por su gran energía. Todos sus nutrientes permanecen intactos hasta el momento en que los consumimos: vitaminas, minerales, oligoelementos, enzimas, aminoácidos y clorofila.
Cuáles son los brotes verdes
Cabe destacar que, hoy en día, nuestro organismo tiene mucha necesidad de estos nutrientes presentes en los brotes verdes, ya que la mayoría de alimentos que consumimos son procesados y envasados en masa, además, muchas veces el suelo en el que se cultivan es pobre en minerales.
Otro plus: estos germinados se digieren y asimilan muy bien por lo que solo te aportaran beneficios. Los brotes más famosos son: la alfalfa, los brotes de lenteja, de brócoli, de avena, rabanito y soja.