¡Atenti a los fanáticos de la jardinería y la salud natural! Cultivar jengibre y cúrcuma en casa no solo es posible, sino que también es una excelente manera de asegurarte de tener estos potentes superalimentos siempre frescos y al alcance de tu mano.
Ambos rizomas tienen propiedades medicinales y culinarias que pueden enriquecer tu dieta y mejorar tu bienestar. A continuación, te explicamos paso a paso cómo podés cultivarlos en casa.
Cultivar jengibre en casa:
- Conseguir el rizoma: podés comprar jengibre fresco en una tienda de alimentos orgánicos o en un mercado. Asegurate de que el rizoma tenga varias yemas o “ojos” (pequeñas protuberancias en la superficie).
- Preparar el rizoma: cortá el rizoma en trozos de aproximadamente 5 cm, asegurándote de que cada trozo tenga al menos una yema. Dejá los trozos en un lugar seco y oscuro durante unos días para que los cortes cicatricen, lo cual ayuda a prevenir enfermedades.
- Elegir la maceta y el suelo: usá una maceta ancha y poco profunda, ya que el jengibre crece horizontalmente. Asegurate de que tenga buen drenaje. Llená la maceta con una mezcla de tierra fértil y bien drenada, preferentemente con un pH ligeramente ácido.
- Plantar el rizoma: plantá los trozos de jengibre a unos 5 cm de profundidad con las yemas hacia arriba. Espaciá los trozos unos 20 cm entre sí. Cubrí ligeramente con tierra y regá suavemente.
Cuidado y mantenimiento:
- Luz: el jengibre prefiere luz indirecta o sombra parcial.
- Riego: mantené la tierra húmeda pero no empapada. Reducí el riego en invierno cuando la planta entra en un período de reposo.
- Fertilización: podés añadir compost o un fertilizante orgánico cada pocas semanas para estimular el crecimiento.
Cosecha: el jengibre estará listo para cosechar en unos 8 a 10 meses. Podés cosechar pequeños trozos del rizoma sin desenterrar toda la planta, simplemente escarbando en la tierra y cortando lo que necesités. La planta seguirá creciendo y produciendo más rizomas.
Cultivar cúrcuma en casa:
- Conseguir el rizoma: al igual que el jengibre, podés comprar cúrcuma fresca en una tienda de alimentos orgánicos. Asegurate de que el rizoma tenga varias yemas.
- Preparar el rizoma: dejá el rizoma de cúrcuma en un lugar cálido y seco durante unos días para que las yemas comiencen a brotar. Si es necesario, cortá el rizoma en trozos con al menos una yema cada uno.
- Elegir la maceta y el suelo: usá una maceta grande y profunda, ya que la cúrcuma crece hacia abajo. Asegurate de que tenga buen drenaje. Llena la maceta con una mezcla de tierra rica y bien drenada.
- Plantar el rizoma: plantá los trozos de cúrcuma a unos 5 cm de profundidad con las yemas hacia arriba. Espaciá los trozos unos 15 cm entre sí. Cubrí ligeramente con tierra y regá suavemente.
Cuidado y mantenimiento:
- Luz: la cúrcuma prefiere luz indirecta brillante o sombra parcial.
- Riego: mantené la tierra constantemente húmeda pero no encharcada. Evitá que la tierra se seque por completo.
- Fertilización: aplicá compost o un fertilizante orgánico cada pocas semanas para promover un crecimiento saludable.
Cosecha: la cúrcuma estará lista para cosechar en unos 8 a 10 meses. Las hojas comenzarán a ponerse amarillas cuando los rizomas estén listos. Desenterrá toda la planta y separá los rizomas. Lávalos bien y dejalos secar al sol antes de usarlos.
Consejos generales
- Clima: tanto el jengibre como la cúrcuma prefieren climas cálidos y húmedos, así que asegurate de que estén en un lugar cálido de tu casa.
- Humedad: si vivís en una zona seca, considerá utilizar un humidificador o rociar las plantas regularmente para mantener la humedad.
- Protección: durante el invierno o en climas fríos, mantené las plantas dentro de casa para protegerlas del frío extremo.
Cultivar jengibre y cúrcuma en casa es una tarea gratificante que no solo te proporciona ingredientes frescos y saludables, sino que también embellece tu espacio con plantas exóticas y llenas de vida. ¡Animate a empezar tu huerto de rizomas y disfrutá de los beneficios de estos maravillosos superalimentos!