Las suculentas, conocidas por su capacidad para almacenar agua en sus hojas y tallos, son plantas populares por su resistencia y poco mantenimiento. Sin embargo, a pesar de su dureza, pueden ser vulnerables al frío extremo, por lo que te compartiremos algunos consejos para mantenerlas a salvo.
Las suculentas, en primer lugar, deben moverse a un lugar protegido cuando las temperaturas comiencen a descender. Un invernadero o una habitación con buena iluminación natural pueden ser lugares ideales. Estas plantas, en general, no toleran las heladas, por lo que protegerlas del viento frío y las bajas temperaturas es crucial.
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En segundo lugar, asegúrate de reducir la cantidad de agua que les das. Durante los meses fríos, entran en un período de dormancia y requieren menos agua. Un riego excesivo en este tiempo puede causar que las raíces se pudran. Espera a que el suelo esté completamente seco antes de volver a regar y evita el riego directo sobre las hojas.
El tercer consejo es proporcionar una buena iluminación. Aunque es invierno, las suculentas todavía necesitan luz solar para realizar la fotosíntesis. Colócalas cerca de una ventana soleada, preferiblemente orientada al sur, para maximizar la cantidad de luz solar que reciben.
En cuarto lugar, mantén una temperatura adecuada dentro de casa. La mayoría de las suculentas prefieren temperaturas que oscilen entre 10°C y 15°C durante la noche. Evita colocarlas cerca de estufas, radiadores o chimeneas, ya que pueden deshidratar las plantas y causar daño.
El quinto consejo es utilizar un suelo bien drenado. Un buen drenaje es vital para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces. Puedes mezclar arena gruesa o perlita con el suelo para mejorar el drenaje. Asegúrate de que las macetas tengan agujeros de drenaje para que el exceso de agua pueda escapar fácilmente.
Más consejos
Sexto, limpia regularmente las hojas y los tallos de tus suculentas. El polvo y la suciedad pueden bloquear la luz solar y afectar la salud de la planta. Usa un paño suave o un pincel para limpiar suavemente las hojas y permitir que respiren adecuadamente.
Finalmente, el último consejo es evitar cambios bruscos de temperatura. Las suculentas son sensibles a los cambios repentinos en su entorno. Cuando muevas las plantas al interior o al exterior, hazlo gradualmente para que puedan adaptarse a la nueva temperatura y condiciones de luz sin sufrir estrés.