Las plantas necesitan muchos cuidados durante todo el año y la fertilización es un paso al que se le debe prestar especial atención, ya que esto asegura el correcto desarrollo y crecimiento de cada especie.
Las plantas pueden ser fertilizadas con productos químicos, los cuales se consiguen en viveros o centros comerciales, pero, también puedes implementar recetas caseras, creadas a partir de ingredientes naturales, los cuales te aseguran un cuidado mucho más armonioso con la naturaleza.
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Entre los objetivos que tiene la aplicación de fertilizantes, se destaca el fortalecimiento de las plantas y el suelo que las contiene, durante su desarrollo. Es por ello que su aplicación no solo es necesaria, sino que también es fundamental para que se mantengan en buen estado.
En la actualidad, existen cientos de productos para fertilizar las plantas, sin embargo, las recetas caseras también son muy efectivas para su cuidado, es por ello que a continuación te facilitaremos 2 ideas para que implementes en tus tareas de jardinería.
Fertilizante de banana: este fertilizante es uno de los más conocidos, ya que le brinda a las platas un sinfín de nutrientes y el mismo es muy fácil de preparar. En una recipiete, colocar las cáscaras de las bananas que ingieres a diario, rellenarlo con agua, taparlo y dejarlo macerar durante 5 o 7 días, luego colarlo y utilizar el líquido obtenido para el riego.
Fertilizante con papas: este fertilizante no solo colabora en el desarrollo de cada ejemplar, también sirve como repelente de plagas. Para realizarlo debes hornear las cáscaras de papas, luego procesarlas hasta obtener un polvillo, el cual debe ser disuelto en un vaso de agua. Con la mezcla obtenida, realizar el riego de las plantas.
Aprovechar los deshechos
Además de los fertilizantes arriba mencionados, también puedes incorporar otros nutrientes a las plantas aprovechando los deshechos de las cáscaras de huevo, ya que estas le dan un aporte extra de calcio.
Para utilizarlas, debes dejar que se sequen bien, luego procesarlas hasta obtener un polvillo muy fino. Aplicar solo una cucharada en alrededor del tallo y conservar el resto en un frasco de vidrio.