Las mascotas son parte fundamental de los hogares y hay quienes consideran a sus amiguitos a la altura de los hijos o integrantes plenos del grupo de afectos. Sin embargo, como es sabido, su vida es limitada en la gran mayoría de los casos y pocos saben qué hacer en un momento tan delicado.
Las mascotas pueden prolongar su vida desde los 10 a los 15 años en general, pero algunas pueden vivir mucho más tiempo, superando los 20 años. De todas formas, cuando fallecen no todos tienen conocimiento acerca de qué hacer y cómo proceder para darle correcta sepultura.
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Todas las pérdidas familiares causan un gran impacto en la vida de las personas, pero el fallecimiento de una mascota querida lo es aún más. Hay quienes manifiestan que han experimentado como una puñalada al corazón a causa de la tremenda tristeza que experimentan.
Sin embargo, a pesar del dolor, hay que saber qué hacer con los restos físicos del animal en cuestión. Como primera medida se puede atinar a cavar una sepultura en algún espacio verde del hogar. Este tiene que ser profundo para evitar cualquier inconveniente.
Otros consideran que la cremación del fallecido es la mejor opción y en el país se puede llevar adelante en actos colectivos o privados. Hay que tener en cuenta que el precio por una cremación privada es mucho más alto, pero se puede recuperar las cenizas del fallecido.
En algunos casos, se ha comenzado a difundir la idea de llevar adelante una ceremonia para despedir el alma del ser más querido del hogar. Como siempre se aconseja moderar los impulsos, pero depende de cada grupo familiar el despedir a su integrante incondicional como se prefiera.
Consideraciones adicionales
Las mascotas pueden fallecer en el entorno del hogar o en alguna clínica veterinaria, pero en todos los casos es la familia la que debe hacerse cargo de esto. Es por eso que en algunos sitios ya se comercializan ataúdes y urnas funerarias especialmente diseñadas para el fallecido.
La importancia de las mascotas es notoria en las últimas décadas y la conciencia sobre sus vidas está mejorando considerablemente. Aunque todavía hay maltrato, la sociedad se encamina lentamente hacia una mayor consideración de los animales y su vida.