Estefanía Pasquini y Alberto Cormillot son una pareja que ha capturado la atención del público por su historia de amor y diferencia de edad. Ella, nutricionista y él, médico especializado en nutrición, comparten una pasión por la salud y el bienestar, lo que los unió tanto profesional como sentimentalmente.
Estefanía Pasquini y Alberto Cormillot comenzaron a escribir su historia de amor en el ámbito laboral y floreció en algo más profundo, culminando en matrimonio y la llegada de su hijo, Emilio, quien tiene dos años y medio y es igual físicamente a su padre.
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La llegada de un hijo siempre trae cambios significativos a la dinámica familiar. En el caso de Emilio, parece que está experimentando celos hacia su padre, una emoción común en los niños cuando perciben que deben compartir el amor y la atención de sus padres con otros.
Los celos infantiles son una reacción natural ante el miedo a perder la exclusividad del afecto parental, y pueden manifestarse de diversas maneras, desde la búsqueda de atención hasta el rechazo a ver a los padres juntos.
Para abordar los celos de Emilio, es importante que Estefanía y Alberto mantengan una comunicación abierta y afectuosa con él, asegurando que el amor de sus padres es incondicional y no disminuye por la presencia del otro.
Es esencial que Emilio sienta que tiene un lugar especial en la familia y que sus padres están disponibles para él, tanto juntos como individualmente. La pareja debe equilibrar su tiempo entre la atención a Emilio y el cuidado de su matrimonio.
Los mejores momentos
Los momentos de afecto entre Estefanía Pasquini y Alberto Cormillot no solo son necesarios para mantener su vínculo, sino que también proporcionan a Emilio un modelo saludable de amor y respeto mutuo. Al mismo tiempo, deben dedicar tiempo exclusivo a Emilio, reforzando su autoestima y seguridad emocional.
La historia de la nutricionista y el médico es un ejemplo de cómo el amor puede trascender barreras y cómo la paternidad puede presentar desafíos emocionales como los celos infantiles. Con paciencia, comprensión y amor, es posible guiar a los niños a través de estas complejas emociones y fortalecer los lazos familiares.