Los perros son las mascotas por excelencia de cientos de millones de hogares alrededor del mundo y son de los animales considerados más fieles y leales de todos. Sin embargo, lo anteriormente mencionado no evita que, en ocasiones, evidencien cierto grado de agresividad.
Los perros pueden ser las mascotas que muchos prefieren por la calidez de las mismas, pero con frecuencia puede suceder que tengan algunas actitudes agresivas. Existen algunas razones para este comportamiento que pueden variar, desde lo interno hasta factores externos.
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La genética tiene un papel crucial, ya que algunas razas están genéticamente predispuestas a evidenciar comportamientos más agresivos. Sin embargo, es importante destacar que la genética no es el único factor determinante, y la socialización y educación adecuadas pueden mitigar este comportamiento.
Otro factor que contribuye a la agresividad en los perros es el entorno en el que se crían, puesto que los canes que han sido colocados a situaciones estresantes o negligencia pueden desarrollar conductas agresivas como una forma de autoprotección o como respuesta a experiencias traumáticas.
Los perros son animales jerárquicos que necesitan un líder claro en su entorno, debido a que cuando los propietarios no establecen límites claros o no proporcionan una estructura adecuada, los perros pueden estar inseguros y recurrir a la agresividad como una forma de establecer su ubicación en la jerarquía.
La ausencia de ejercicio y estimulación mental también puede contribuir a la agresividad en los perros, ya que uno que no recibe suficiente actividad física y mental puede acumular energía y frustración, lo que puede manifestarse en comportamientos agresivos.
Otras cuestiones a tener en cuenta
La socialización en los perros es fundamental para evitar comportamientos sumamente agresivos al momento de contactar con otras mascotas. Se recomienda fomentar, desde pequeños, la comparecencia ante personas y otros animales de forma que esto no altere su vida.
Por otro lado, se recomienda acudir a un adiestrador siempre que sea necesario para evitar las conductas que escapan al control. La educación es fundamental para que puedan adaptarse a los entornos humanos siguiendo normas de comportamiento que sean generalmente aceptables.