El ajo es un alimento muy utilizado en la gastronomía, pero también en la medicina natural, debido a sus múltiples beneficios para la salud. Esta verdura es rica en compuestos de azufre, como la alicina, que le confieren propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antibacterianas, antifúngicas, anticoagulantes y antidiabéticas.
El ajo, para aprovechar al máximo los beneficios, es mejor consumirlo crudo, ya que al cocinarlo se pierde gran parte de su actividad biológica. Una forma sencilla y efectiva de consumir ajo crudo es comer un diente todas las mañanas, en ayunas, con un vaso de agua.
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De esta manera, se logra una mayor absorción de sus principios activos y se potencia su acción terapéutica. El ajo estimula la producción de glóbulos blancos, que son las células encargadas de defender al organismo de las agresiones externas.
Así, el ajo ayuda a prevenir y combatir las infecciones bacterianas, virales y fúngicas. Esta verdura también ayuda a controlar la hipertensión, que es uno de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. A su vez, actúa como un diurético natural, que elimina el exceso de líquido y de sodio en el organismo, y reduce la presión sobre las paredes de los vasos sanguíneos.
El ajo tiene la capacidad de disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) y de triglicéridos en la sangre, que son sustancias que pueden acumularse en las arterias y provocar aterosclerosis. Al mismo tiempo, el ajo aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), que protege al corazón.
A su vez, tiene efecto anticancerígeno, que se debe a su contenido de antioxidantes, que neutralizan los radicales libres, que son moléculas que dañan el ADN de las células y favorecen la aparición de tumores.
Más beneficios
El ajo es un excelente desintoxicante, que ayuda a eliminar las toxinas, los parásitos y los metales pesados que se pueden acumular en el cuerpo. El ajo favorece el funcionamiento del hígado y de los riñones, que son los órganos encargados de filtrar y depurar la sangre. Además, el ajo mejora la digestión y el tránsito intestinal, lo que facilita la eliminación de los residuos.
Estos son algunos de los beneficios de comer un diente de ajo crudo todas las mañanas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ajo no es un sustituto de los tratamientos médicos, sino un complemento natural que puede mejorar la salud.