El ayuno intermitente es una práctica que consiste en restringir la ingesta de alimentos a un período de tiempo determinado, que puede variar desde unas horas hasta varios días, y ayunar el resto del tiempo. Esta forma de alimentación tiene múltiples beneficios para la salud.
El ayuno intermitente, en algunos de los casos, puede mejorar el funcionamiento del metabolismo, la sensibilidad a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo, lo que se traduce en una mayor prevención de enfermedades crónicas, como la diabetes, la obesidad, o el envejecimiento prematuro.
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Sin embargo, para aprovechar estos beneficios, es fundamental saber cómo romper el ayuno de forma correcta, ya que una mala elección de alimentos puede tener efectos contraproducentes, como malestar digestivo, picos de glucosa o aumento de peso.
Hidratarse de forma adecuada es esencial. El agua es el mejor líquido para reponer los fluidos perdidos durante el ayuno, y ayuda a preparar el sistema digestivo para recibir los alimentos. Se puede añadir un poco de limón, que aporta vitamina C y antioxidantes, y ayuda a alcalinizar el organismo.
La primera comida después del ayuno debe incluir vegetales cocidos. Los vegetales son ricos en fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos, que favorecen la saciedad, la digestión y la eliminación de toxinas. Se recomienda consumirlos cocidos, ya que son más fáciles de digerir que los crudos, y evitar los que son ricos en almidón, como la papa, el maíz o la zanahoria.
Continuar con una ración adecuada de proteínas magras también es importante. Las proteínas son esenciales para la formación y reparación de los tejidos, y también contribuyen a la saciedad y al mantenimiento de la masa muscular.
Elecciones
Se recomienda elegir fuentes de proteínas magras, como el pescado, el pollo, el huevo o el tofu, y evitar las carnes rojas, los embutidos o los quesos grasos, que pueden ser difíciles de digerir y aumentar el colesterol. Luego se pueden incorporar los carbohidratos complejos, y continuar comiendo en el orden que se anhele.
Los carbohidratos son la principal fuente de energía del organismo, y se deben ingerir con moderación y preferir los de poco índice glucémico, como el pan integral, la avena, el arroz integral o la quinoa. El ayuno intermitente debe terminar con la ingesta de una porción de grasas saludables, como la palta, las nueces, las semillas o el aceite de oliva.