Las canas son un signo de envejecimiento que se produce cuando los melanocitos, las células que dan color al cabello, dejan de producir melanina, el pigmento que determina el tono del pelo. Sin embargo, hay otros factores que pueden influir en la aparición de las canas, como el estrés, el tabaco, la contaminación o la falta de ciertos nutrientes.
Las canas no serían un dolor de cabeza si se le da importancia a la alimentación y a ingerir vitaminas y alimentos que puedan retrasar o prevenir su pronta aparición. Una de las vitaminas más vinculadas con las canas es la vitamina B12.
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Esa vitamina ayuda a la formación del ADN, el material genético de las células, y a prevenir la anemia, un trastorno que causa cansancio y debilidad. La deficiencia de vitamina B12 puede generar la pérdida de melanina y la aparición de canas prematuras.
Para evitarlo, se recomienda ingerir alimentos ricos en vitamina B12, como pescado, carne, huevos, leche y otros productos lácteos. Algunos alimentos fortificados, como cereales o levaduras, también contienen vitamina B12 añadida.
Otras vitaminas del grupo B que pueden beneficiar al cabello son la B6, la B9 (ácido fólico) y la B5 (ácido pantoténico). La vitamina B6 ayuda a la producción de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno a las células, y a la síntesis de aminoácidos, los componentes de las proteínas.
La vitamina B9 favorece el crecimiento y la regeneración celular, y la vitamina B5 nutre el cabello y estimula la producción de melanina. Estas vitaminas se encuentran en alimentos como el brócoli, la espinaca, el hígado,la palta, los cítricos o los huevos.
Vitaminas
La vitamina D también puede tener un papel en la prevención de las canas, ya que se ha observado que las personas con canas prematuras pueden tener niveles chicos de esta vitamina, que se puede obtener de la exposición al sol, pero también de alimentos como pescados grasos (trucha, salmón, atún) o alimentos fortificados.
Además de las vitaminas, también es importante ingerir minerales como el hierro, el cobre o el zinc, que intervienen en la pigmentación del cabello y en la prevención de la caída. Estos minerales se pueden hallar en alimentos como las legumbres, los frutos secos, las semillas, el chocolate amargo o las ostras.