El boldo es una planta medicinal originaria de Sudamérica, que se utiliza para tratar diversas afecciones, especialmente las vinculadas con el hígado, la vesícula y el aparato digestivo. Su nombre científico es Peumus boldus, un arbusto que pertenece a la familia de las umbelíferas.
El boldo esconde en sus hojas un sinfín de propiedades. Sí, sus hojas son las que se emplean para fines medicinales, ya sea en forma de infusión, cápsulas, comprimidos o aceite. La planta contiene una serie de principios activos, entre los que se destacan los aceites esenciales, los alcaloides, los taninos y los flavonoides.
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El boldo protege y regenera las células del hígado, ayudando a mantenerlo saludable y a prevenir enfermedades como la cirrosis, la hepatitis o el hígado graso. También estimula la producción y secreción de bilis, facilitando así la digestión de las grasas y previniendo la formación de cálculos o piedras en la vesícula.
Esta planta mejora el funcionamiento del estómago y del intestino, aliviando los síntomas de la dispepsia, la gastritis, la acidez, el estreñimiento, los gases, las náuseas y los vómitos. A su vez favorece la eliminación de líquidos y toxinas del organismo, lo que ayuda a combatir la retención de líquidos, la hipertensión y las infecciones urinarias.
El boldo reduce la inflamación y el dolor de las articulaciones, los músculos y el oído, gracias a sus componentes que inhiben la síntesis de prostaglandinas, que son sustancias que intervienen en los procesos inflamatorios.
La planta tiene un efecto relajante sobre el sistema nervioso central, debido a la presencia de lactucina, una sustancia que produce un efecto similar al de la morfina, pero sin efectos secundarios. De esta manera, ayuda a mejorar el sueño, el ánimo y el estrés.
Más beneficios
El boldo se puede ingerir de diferentes formas, según la necesidad y la preferencia de cada persona. La forma más común es el té de boldo, que se prepara con una cucharadita de hojas secas por cada taza de agua hirviendo. Se deja reposar unos minutos y se cuela.
Se recomienda tomar una o dos tazas al día, preferiblemente antes o después de las comidas. Otra forma de ingerir el boldo es en cápsulas, comprimidos o aceite, que se pueden adquirir en farmacias, herbolarios o tiendas naturistas. Se debe seguir la dosis y las indicaciones del fabricante o del médico.