Benjamín Vicuña se halla viviendo uno de los mejores momentos de su vida amorosa por estos días, pues tras varios años de soltería, finalmente, volvió a creer en el amor de la mano de Anita Espasandín. Sin embargo, la polémica no está ajena a este nuevo romance.
Benjamín Vicuña quedó en el ojo de la tormenta cuando se comenzó a difundir que él habría sido el tercero en discordia del matrimonio de Anita. Al parecer, la infidelidad parece ser la única constante en cada una de los vínculos amorosos que ha tenido en los últimos años.
Te podría interesar
En una reciente entrevista que brindó para Infobae, el chileno se animó a hablar a fondo sobre cada una de las experiencias amorosas que atravesó, tanto como el suceso que lo llevó a su actual pareja y, por supuesto, la infidelidad que marcó tanto su vida sentimental.
"Reconozco que soy precipitado y en este caso vamos muy lento”.
“Fue la vida, que nos fue llevando de forma súper orgánica, fluida. Cuando las cosas van, es todo muy lindo: con mis hijos, con sus hijos, con el entorno, con su familia. Como que, muy bien. Reconozco que soy precipitado y en este caso vamos muy lento”, expresaba sobre su noviazgo con Anita.
Con respecto al crecimiento personal que le ha dejado cada vínculo, dijo: “La vida sin muchos capítulos. No puedo lavarme las manos y decir, yo no tengo algo que ver con el Benjamín que tenía 25 o 30 años. Pero son varios capítulos, y me abrazo en cada uno de esos capítulos”.
“Creo que como todos, pasé ambas".
“Con algunos soy más críticos: creo que los podría haber hecho un poquito más corto, sacando algunas páginas. Los recuerdos también se van manipulando por la historia, y hay cosa que no sé si fueron tan así. Y hay otras cosas que estoy medio arreglando”, agregaba.
La infidelidad
Ante el comentario de hacer algunos capítulos más cortos, la periodista entendió la indirecta y le consultó a Benjamín Vicuña si prefiere ser infiel o que le sean infiel. La respuesta demoró en llegar, pero trajo consigo una tremenda confesión.
“Creo que como todos, pasé ambas. Y en las dos se la pasa mal. Es curioso porque son dolores diferentes. Uno tiene que ver con el ego, por supuesto. Con la desesperación y la pérdida. Y el otro, con hallarse en una crisis humana. Y la culpa, que también duele”, finalizaba.