Tener un huerto urbano es una experiencia fascinante para todos aquellos que son fanáticos de las plantas o los que están iniciándose en esta particular disciplina. No solo aporta belleza al hogar, sino que puede ser tremendamente útil para cultivar frutas y vegetales orgánicos de la mejor calidad.
Iniciar un huerto urbano requiere de ciertos cuidados a la hora de su planificación e implementación, sin embargo, con las consideraciones correctas puede tener mucho éxito. Solamente hay que centrarse en los pilares del trazado de estos espacios para tener la mayor de las victorias con las plantas que se elijan.
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Antes de comenzar, selecciona un espacio adecuado para tu huerto, ya que puedes utilizar balcones, patios, ventanas o incluso espacios interiores bien iluminados. Asegúrate de que el lugar reciba suficiente luz solar, un elemento esencial para el crecimiento de las plantas.
Opta por contenedores adecuados para el espacio disponible, pudiendo emplear macetas, jardineras o incluso cajas de madera. Asegúrate de que los recipientes tengan buen drenaje para evitar el encharcamiento. Utiliza un sustrato de calidad que proporcione los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas.
Considera el espacio, el clima y tus preferencias personales al elegir las plantas, pues las hierbas aromáticas, tomates cherry, frutillas y lechugas son excelentes opciones para huertos caseros. También puedes explorar variedades compactas que se adapten bien a espacios pequeños.
Establece un programa de riego regular y adecuado para las plantas que has seleccionado, debido a que las mismas en macetas tienden a secarse más rápidamente, así que monitorea la humedad del sustrato. Añade fertilizantes orgánicos para garantizar un suministro constante de nutrientes o alguno químico de buena calidad.
Controlando intrusos
El huerto urbano debe ser monitoreado constantemente, no solo en cuestiones de riego y luz solar, sino también de aquellos invasores indeseables que naturalmente se concentran en espacios que les proporcionen alimentación constante y poca presencia de depredadores.
Vigila regularmente tus plantas en busca de posibles plagas, porque estas pueden ser más propensas a insectos como pulgones, mosca blanca o minadores de la hoja. Utiliza métodos orgánicos de control, como el jabón insecticida o la introducción de insectos beneficiosos.